martes, 28 de diciembre de 2021

“Los bomberos en la Colonia”


 “Los bomberos en la Colonia”

(Una breve reseña)

Cuantas emergencias han atendido, cuantas vidas han salvado, son huellas que duermen bajo el polvo del pasado, pero son tesoros del cielo, que aquí en la tierra se han acumulado.






En el anonimato de sus buenas acciones, de su entrega y sacrificio se construyó el edificio que hoy los alberga... Pero las cosas no siempre fueron así.  En los inicios de la Colonia, no había un centro de salud, ni una estación de bomberos, pues la más cercana era la de los bomberos de la Florida, que no se daban a basto para atender a varias colonias y el hospital más cercano era el Roosevelt.









En la Colonia, como en cualquier barrio y ciudad se daban esas emergencias y urgencias, y más en las fiestas de fin de año(por quemadas, accidentes etc). Viendo esta necesidad, unos vecinos, hacen contacto con los dos cuerpos de bomberos que existían, para ver la posibilidad de crear una sub estación en la Colonia. Con los bomberos municipales se da la disyuntiva de que las Colonia tenía la ambigüedad de no saber si pertenecía al municipio de Mixco o al de la ciudad, por lo cual no fue posible. Pero fueron los bomberos voluntarios, los que con más buena voluntad y fe, que recursos, decidieron  crear una pequeña estación de auxilios, en la casa que alguna vez, fueron las oficinas del INVI(instituto nacional de la vivienda, después Banvi), ellos cedieron temporalmente aquella casa de esquina ubicada en la 5 avenida A y 11 calle en la cual empezaron a funcionar, atendiendo pequeñas emergencias y cuando se necesitaba trasladar a una persona al hospital, lo hacían en un carro particular o se comunicaban con los bomberos municipales de la Florida. Así sin recursos, pero con la convicción de crear aquí una estación, iniciaron y nunca claudicaron.


Fueron un par de años después, luego de una serie de solicitudes, que finalmente las autoridades del Bambi les conceden un terreno frente a unos de los barrancos(en ese tiempo área verde) en la 5 avenida y 21 calle y a partir de allí se instala formalmente la tercera compañía de bomberos voluntarios. Quienes, aparte de sus labores bomberiles, realizan rifas, colectas y diversas actividades, para hacerse de los fondos, para comprar equipo, así como ir construyendo un edificio formal, pues en sus inicios era un poco más que una galera.


Poco a poco, se van haciendo del equipo y se compra un pick up que se acondiciona para que sirva como ambulancia.


Han pasado los años, hoy se cuenta con mejor equipo y un edificio formal, pero las urgencias y necesidades siempre exceden la capacidad con la que se cuenta, por eso necesitan de nuestro apoyo constante, pues nunca se sabe si seremos nosotros los que necesitemos de ellos.

Oxwell L’bu copyrights 2021

#Bomberosvoluntarios

Nota: La presente reseña, no pretende ser un documento histórico, dado que carezco de datos bibliográficos, así como de fechas exactas, pues lo presente es producto de mis memorias, para honrar las memorias que quienes nos han servido.

sábado, 25 de diciembre de 2021

“Aquellas navidades en mi barrio”


 “Aquellas Navidades en mi Barrio”

(Reseñas de la colonia)



En aquel barrio feliz, de calles sencillas y casitas todas iguales, Navidad no era un día, pues se extendía durante todo el mes… No eran los regalos o las fiestas las que la hacían memorables cada Navidad, era ese espíritu de pertenecer, a una “Gran Familia” donde la alegría se celebraban en común y las penas y tristezas se compartían, todos conocían a sus vecinos, nadie se miraba como extraño, pues tenían y compartían ese pedacito de cielo…



Cada día era de celebración, por la amistad, por las cosas sencillas que vuelven cada momento inolvidable…Los patojos jugando por las calles, los muchachos tirando racimos de flores con sus palabras a las chicas que caminaban por las calles, otros pintando las fachadas de las casas, las mamas preparando el ponche y los tamales, la pierna, el lomo relleno y todo aquello que le da ese sabor a la “Navidad Chapina” que se añora en la distancia.



En las calles se sentían en una mescla deliciosas, los aromas del pino, la manzanilla y el incienso, en los jardines repletos de flores, cual si fueran niñas sonreían las pascuas, alguno que otro canchinflín revoloteaba silbando al aire la alegría de los patojos. Unas semanas antes de la noche buena, en las cuadras empezaba la colecta de casa en casa, para comprar el pino y los adornos para decorar la cuadra; también se empezaba a organizar los diferentes “Repasos” o fiestas de Navidad y de fin de año, que se hacían en las principales calles de la Colonia. 



La semana de la navidad, casi todas las calles se vestían de fiesta, con flecos de colores que colgaban por sus calles y que cuando los tocaba el viento parecían estar bailando, las aceras de las calles pintadas con motivos navideños que solían durar algunos mese s, hasta que llegaban las lluvias y los iban lavando. 






Llegado el 24 de diciembre, las casas parecían transpirar los aromas de la “Navidad Chapina”, los patojos pasa que pasa en la cocina, metiendo los dedos en la masa de los tamales o robándose los pedacitos de fruta para el ponche y allí estaban las mamas, sacándolos de la cocina. Las chicas probándose una y otra vez el estreno de navidad y ensayando su mejor sonrisa frente al espejo, mientras por la cornisa se les resbalaba la coquetería…Los muchachos ensayando sus además y pasos de baile o conversando en las esquinas, los papas aprovechando el descanso, para reconocer la casa de donde muchas veces eran los grandes ausentes por ese exceso de trabajo, al que los sometían sus obligaciones, pues esta vida con sus contradicciones ,les consumía el tiempo trabajando para darle a los suyos lo que ellos no tuvieron.




Para eso de las seis de la tarde todos se peleaban para ser los primeros en bañarse y luego estrenarse la ropa nueva, las mamas se plantaban en la cocina para no dejarlos entrar, pues deberían de esperar hasta el momento de la cena, los cohetillos se dejaban escuchar, esos aromas dejaban en el paladar un sabor que nunca en la vida se habría de olvidar…



Las calles se empezaban a cerrar, en la “Isla” y Octava avenida se preparaba la disco rodante Black Machine, en la 5 avenida y 18 Happy Disco, en la 20 bajando hacia el mercado Caribean Disco, y en otras calles y avenidas Music Power, total era que a lo largo y ancho de la Colonia la música vibraba en las calles y en los corazones, con canciones que marcaban una época y que con el tiempo embriagaban las memorias con nostalgias.



Aquella noche no faltaba quien despidiéndose (momentáneamente, pues se volverían a ver en poco más de una hora) de la novia, le dieran las doce de la noche, para luego salir volando entre cohetillos y canchinflines para estar en casa y dar el abrazo a la familia. Y como olvidar al padre Antonia Travadelo y sus misas de gallo, que te forzaban a estar hasta 5 minutos antes de las doce en la iglesia, pues como él decía: -No hay mejor lugar para celebrar que en la casa del “Nino Rey”.



Al dar las doce entre abrazos efusivos, aquel tronar de cohetillos, de mas, de media hora, la veladora y el incienso frente al nacimiento elevando una oración, para luego ir de casa en casa regalando abrazos y comiendo un poquito, para luego llegar a casa casi lleno, los patojos destapando sus regalitos, los papas mirándolos llenos de alegría y esperanza, los abuelos recordando con añoranza… Y en una mescla de aromas, sabores, colores y ese calor de la gente, era sentir como el amor de Dios se ha volcado en las calles en noche buena. 



En la cena de navidad, no faltaban los brindis mesclados con las oraciones, los cantos, las canciones y un cumulo de emociones, que hacían que aquellos aromas y sabores se vuelvan inolvidables y marquen la vida. Pero una vez acabada la cena, los patojos se ponían a jugar y a quemar sus cohetillos, los muchachos de vuelta con la novia, las muchachas ensayando sus sonrisas y la música dispuesta para todos los invitados o no a la fiesta. En aquella noche que todos deseaban que fuera eterna, nacían nuevos amores, crecían nuevas esperanzas y las alegrías eran rosarios compartidos de todos aquellos años vividos.






Al día siguiente, que era mañana de desvelados, los patojos salían desde temprano con una bolsa en mano, en busca de los cohetillos que no habían reventado, para luego armar sus guerritas de cohetillos y canchinflines, donde más de alguno pagaba el precio, por ver con desprecio el poder de la pólvora… Los mayores despertaban un poco más tarde a repetir lo de la cena y alguno que otro muchacho preguntándose si lo vivido la noche anterior, no sería un sueño. No faltaban los repasos del día de navidad en la casa de algún vecino.




Aquellas navidades del barrio, se hicieron inolvidables, NO por el exceso y abundancia, si no por ese espíritu de compartir…Se quedaron impregnadas en el alma, por el aroma de esos recuerdos que son recurrentes cuando te recuerdas y te parece que fue ayer.

Oxwell L’bu copyrights 2012

#Navidad

miércoles, 22 de diciembre de 2021

“Mi amigo Nelson”


 “Mi amigo Nelson”
Nelson Vinicio Morales Romero, le conozco desde niño, fuimos compañeros de escuela, en aquella clase inolvidable, donde escribimos historias imborrables...


Más de una vez nos fuimos de capiusa a jugar con un balón que despertaba en nosotros una pasión.  Futbolista de los buenos, que dejó garra y sudor en las canchas de fútbol, deportistas incansable, que siempre te saluda efusivo y amable.



Nelson fue de los que se quedó y vive en la Colonia, no como un espectador, sino como un actor que busca hacer la diferencia en ese pedacito de cielo que nos vio crecer y en el que conocimos la felicidad.



De espíritu emprendedor, pero no solo para la ganancia económica, sino también para servir y ayudar en su comunidad, esos son los vecinos que en verdad mantiene esos lazos de solidaridad.

Yo me honro en contar con su amistad y ver cómo su espíritu sigue creciendo, sin que vaya disminuyendo su cordialidad.
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#Miamigo

domingo, 19 de diciembre de 2021

“Cuando Santa llegó a la Colonia”


 “Cuando Santa llegó a la Colonia”

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí». Entonces los justos le responderán, diciendo: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? ¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?». Respondiendo el Rey, les dirá: «En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.  Mateo 25:35



Han pasado los años, desde que aquella primera generación de niños creció y jugó, en lo que fue su campo de recreo, las calles y callejones de la Colonia.




Cuando llegaba diciembre las calles, literalmente se pintaban de alegría, ese popurrí de aromas(pólvora, pino, ponche, tamales etc) en todos los callejones se sentía y cuando decían que Santa llegaría a la Colonia todos los niños corrían al punto de reunión.  No eran los regalos que se recibían( que usualmente era un bolsita de papel café con dulces) lo que en realidad daba felicidad, era esa hermandad que entre los niños de la Colonia existía.



Hoy que el tiempo, corre tan a prisa, alguien detuvo su camino y encontró su destino... Yo lo vi crecer, yo jugué con el y más de una vez tuvimos riñas tontas, pero la amistad y hermandad permanecen; hoy veo como ha dejado a un lado, su comodidad, la posibilidad de obtener ganancias económicas a travez de su trabajo, pues mandó eso al carajo, y se vistió de papá Noel, para que surgieran en el esos sentimientos nobles que ha convertido en acciones de amor.



Si, Santo Close, no solo llego a la Colonia, vivió y creció en la Colonia y desde ese pedacito de cielo, que fue para nosotros ese suelo, ha querido llegar, para llevar a los más necesitados de nuestro país un trocito de alegría, un sol de esperanza y sobre todo el espíritu de la navidad, que es la solidaridad. 

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PD Mynor Fernandez Jesús no solo nació en tu corazón, se quedó en el.

viernes, 17 de diciembre de 2021

“Una cruz en el horizonte”


 . “Una cruz en el horizonte”

En invierno o verano, tarde o temprano, de cerca o de lejos allí está, esa pequeña cruz en la inmensidad del horizonte.


Cruz de esperanza, cruz que con su luz señala el camino... Como si fuera la cúspide de una montaña, en esa cúpula azul se plantó esa cruz, cruz que parece inalcanzable, intocable, pero se puede tocar y alcanzar desde dentro, donde la fe le pone alas al angel.


Esa cúpula azul, que estuvo más de un invierno, como enraizada al suelo, justo en el estigma que dejó, la naturaleza aquel 4 de febrero, un día se elevó y quizás no tocó el cielo, pero nos hace recordar, que con fe, ingenio y perseverancia, lo que hoy nos parece imposible se puede.

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Foto: Elder CamHer

#ParroquiaJesusResucitado

martes, 14 de diciembre de 2021

“De las guerras con canchinflines”



“De las guerras con canchinflines”
Si, lo debo de confesar,
que más de una vez, 
tuve que participar,
en esas batallas a campo
abierto y al descubierto.

Donde se escuchaban 
los silbidos,
así como los ahuidos 
de los perros,
mientras una chispa
atravesaba el espacio.

Y así sin advertencias
y con cínica provocación,
uno actuaba en legítima 
defensa y se armaba
con su arsenal de canchinflines.

Se me subía la adrenalina
y cómo buen guerrero,
le hice frente al grupo entero
y les lancé mis canchinflines,
algunos en pleno vuelo explotaron,
otros en el blanco acertaron.

Los agujeros en mi estreno,
son prueba contundente,
que los enfrente con valentía,
que nunca me rajé,
a pesar que no fui yo el
que dicha guerra en la cuadra
provoque.

Hoy de dichas batallas,
solo queda el recuerdo,
la sonrisa picarona
y el honor de saber,
que participé en las
guerras de los canchinflines,
que bailaban como delfines,
en el océano de nuestra alegría,
aunque algunos lo vean con apatía.
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#canchinflines


 

lunes, 13 de diciembre de 2021

“La sexta avenida donde caminamos”


. . “La sexta avenida en la que caminamos”

Las luces de neón, con las luces y motivos navideños, creaban una sensación de emoción, cuando caminábamos por la sexta.


Los vientos fríos de diciembre, traían a la muchachada, ese deseo de vitrinear  y por la sexta pasear, los centros comerciales eran contados y no poseían el encanto de la sexta, pues allí había de todos, para todos, pero sobre todo ese ambiente navideño, que era inolvidable.


Y lo más probable era que allí, te encontraras a esa chiquilla caprichosa, que era escurridiza como una mariposa y allí surgía la oportunidad de hablarle y quizás invitarle, al cine Lux o al capitol y luego ir a comer una hamburguesa de Wimpy o una mixta a la Frankfurt.


Más de una vez, uno se solía encontrar a una chica conocida en los almacenes y boutiques, como Miserimos, Keops y Kefren y gracias a esa amistad se conseguía un descuenta al comprar alguna prenda o solía suceder que al ir a comprar, atendiéndote conocías a la chica de tus sueños.


La sexta de los sesentas, setentas, ochentas o noventas, era la misma de ahora pero con un toque diferente, ese que le da la gente, cuando busca compartir, cuando la mueve no solo comprar, sino también celebrar la vida.

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Foto: Héctor Gaitán Alfaro

#Lasextaevenida

“De dar jalón a ruleteros”


 “De dar jalón a ruleteros”

Aquel 4 de febrero, luego del sismo que sacudió al país, la ciudad amaneció desolada y con muchos buscando una forma para poderse transportar...


Por diversas razones, el transporte tanto urbano, como extra urbano, se vio mermado luego del terremoto; pero la gente necesitaba transportarse, ya fuera por ir a sus negocios o ver cómo estaban sus familiares, pues las líneas telefónicas también eran escasas.


Aquello, hizo que, quienes poseían un vehículo automotor, le dieran un “jalón” a quienes se transportaban a pie, quienes poseían un microbús o un Pick up vieron aquí la oportunidad de dar un servicio que se hizo vital y a la vez hacerse de una ganancia económica.


Al principio fue así, incluso cuando se normalizó el transporte, la oferta no satisfacía la demanda y  los llamados ruleteros siguieron funcionando, con la molestia de los transportistas pues aducían a que era una competencia desleal, pues ellos pagaban por circular y los llamados ruleteros no.  Por lo que la municipalidad tomó cartas en el asunto y estos también se organizaron(es de mencionar que muchos que estaban en el negocio del transporte urbano, también tenia unidades de ruleteros funcionado) así fue que un par de años después, los ruleteros eran empresas de transporte funcionado.


El atractivo de los ruleteros, era que eran más rápidos, por su versatilidad para moverse en el tráfico y buscar rutas alternas y para los jóvenes, que casi siempre tenían buena música sonando, aunque el precio era más caro, las camionetas en ese tiempo cobraban 10 centavos y ellos 15.


El nombre ruletero, fue acuñado desde el principio dado, que poder abórdalos era como jugar a la ruleta, asunto de suerte.

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#Ruleteros

“Reflexiones navideñas”


 “Reflexiones navideñas”

En una sociedad, que busca balancear su amor por el dinero y las posesiones, con el amor y fe que dice profesar a Dios, como se puede en verdad vivir la navidad...


Si, celebramos la navidad, hacemos fiesta y dejamos fuera al celebrado; nos endeudamos por comprar y regalar al mundo entero, pero olvidamos el presente para el cumpleañero. Buscamos felicidad, en donde es efímera, porque tarda lo que tarda la emoción.


Y las redes y la televisión, nos venden, ya sin sutileza, lo que para el consumismo es la navidad, una temporada para comprar y nos muestran un árbol bellamente decorado, rodeado con regalos envueltos en papel fantasía y personas que fingen alegría. 


Y en verdad, quien recorriendo su pasado, puede decir, que sus navidades han sido inolvidables por los regalos recibidos.  Cuando en verdad, lo que la hacen inolvidable es lo compartido y vivido, con los amigos y los seres que amamos. Solo quien hoy ve en su mesa uno o más lugares vacíos puede comprender, que el regalo más hermoso y sublime es el de la presencia.


Si, buscando en el baúl de los recuerdos, siempre el pasado nos puede parecer que fue mejor, pero es un error, porque con lo aprendido hoy puede ser el mejor... Y si hemos de hurgar en el pasado,que sea para sacar las lecciones aprendidas y ponerlas en práctica, para rescatar lo que puede ser rescatado y ser un mejor ser humano.


Ojalá, volviéramos a lo esencial, a lo sublime de la sencillez y dejarnos de ser frívolos y arrogantes en el nombre de dios... 


En el barrio donde crecí, en el tiempo de navidad, los niños iban a los barrancos y cortaban una rama del llamado chirivisco( que ojo, muchas veces te dejaba piquetes en la piel) y con alegría, lo llevaban a su casa, luego de ponerlo a secar, lo pintaban de plateado, lo colocaban en un bote vacío de pintura con  piedras, el cual forraban con papel de China, lo adornaban con frutas, le ponían una serie de lucitas de color( que eran eternas, porque si se dañaban se reparaban) y debajo de el se solían colocar, el regalo más preciado  de la navidad, las imágenes de barro, que evocaban el nacimiento del Redentor, el que nos enseñó, que el regalo de la navidad es el Amor.

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#Arbolnavideñodechirivisco

domingo, 5 de diciembre de 2021

“Mi amigo René”




 “Mi amigo Rene”

El entusiasmo es la chispa que prende y de la cual se desprende esa luz que le pone color a la vida...



René Alvarado, es uno de esos personajes en la Colonia, ha dejado huella... Si huellas quizás en el anonimato, más no en el olvido.  Ya que el fue de los  primeros (pues no puedo asegurar que fue el primero) que junto a aquella patojada  de la 5 Ave D y 16 calle iniciaron esas tradición de adornar las calles y pintar las banquetas con motivos navideños al inició de diciembre y de allí esa tradición se extendió a otras cuadras a otros callejones y hasta nuestros días se mantiene.



Amante de la música, siempre andaba con discos(los que hoy se han dado por llamar acetatos) cuál si fueran libros bajo el brazo, con los cuales amenizamos más de un repaso.


Se especializó en sonido y cuando yo estudiaba ingeniería, el me suplía con dispositivos electrónicos para los laboratorios y con el pude asistir a conciertos y conocer a artistas frente a frente, como Los Timbiriche, El puma, ente otros.


Recuerdo los repasos en la casa, de la sala hicimos una discoteca con bolas de espejos y reflectores de colores en el perímetro, dibujos fluorescentes del Kiss y casi montamos una cabina donde poníamos la tornamesa  en forma de platillo volador, todo más con ingenio que recursos. A aquella cabina la llamamos Destroyer Disco y años después se transformó en una de la primeras discos rodantes de la Colonia la “Black sheep” que en más de una ocasión  le dio sonido a las guirnaldas de adviento que celebrábamos en las calles con la comunidad Camino Verdad y Vida de la RCC perteneciente a la parroquia Jesús Resucitado.




Y se preguntarán porque llamo así a su disco 💿 y la respuesta, podría ser esta: Black sheep traducido al español es la oveja negra, esa de la que habla Jesús en el evangelio y un canto que siempre a tocado su ser “Eran cien ovejas” mi amigo siempre decía y se sentía esa oveja que el Buen pastor salió a rescatar y por eso no es de extrañar, la entrañable amistad que siempre tuvo con el padre Antonio Travadelo.


René, un hombre más que entusiasta, un hombre con espíritu de celebración, porque eso debe ser la vida, una celebración constante por las bendiciones recibidas.

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#Amisamigos

miércoles, 1 de diciembre de 2021

“El canchinflin de la discordia”


 . “El canchinflin de la discordia”

Los canchinflines era algo así, como cuando los amigos, pasan chiflando por tu puerta y sabes que es hora de salir.  Cuando por las calles se empezaban a escuchar, uno sabía que estaba cerca la navidad...


Su silbido inconfundible, era indiscutible, cada diciembre; nunca faltaron las guerras que armaban los patojos en los callejones o de banqueta a banqueta; nunca faltó el inocente, que sin estar participando, recibiera una quemada en el pantalón.


Pero pasaron a hacer la manzana de la discordia, algunos lo celebraron otros lo lamentaron, más lo cierto es que siempre abren discusión.  En el 2005 a raíz de la tragedia ocurrida, en el asentamiento Santiago de los caballeros en zona 6, para una noche buena, las autoridades prohíben su uso y venta; sin embargo su comercialización no se detuvo.  En noviembre del 2007, tras el incendio en el mercado de la Terminal, vuelven a ser tema de debate. Ya la corte suprema por aquellos días había levantado la prohibición, pero a raíz de este hecho es la corte de Constitucionalidad, la que prohíbe en forma definitiva su uso y comercialización.


Y sin embargo de vez en vez se siguen escuchando, siguen volando y silbando por nuestras calles, para alegría de los patojos y enojo de la autoridades.


Quién no tiene una anécdota con los mentados canchinflines, quien no tiene una historia que contar, desde que por accidente intencionado te quemo el pantalón recién estrenado o te hicieron correr como nunca, justo cinco minutos ante de las 12 en plana noche buena o Año Nuevo.

Oxwell L’bu copyrights 2021

#Canchinflines