lunes, 27 de marzo de 2023

“Maestro Danilo Sandoval”


 “El maestro Danilo Sandoval”

La música tiene la magia de hacer surgir grandes amores, pero también de sellar amistades inolvidables…


Al maestro Danilo Sandoval, lo conocí en la Colonia, vivía en la 5 Ave B y 17 calle, era un hombre educado, refinado y sumamente amable. En mis años de universidad empecé a frecuentar su casa, debido a mi locura de escribir canciones sin haber estudiado música.


El maestro por el contrario estudio en el conservatorio nacional de música y perteneció 14 años a la orquesta sinfónica nacional, además de haber pertenecido al primer concejo directivo de dicha institución, tiempo durante el cual se consiguió que la orquesta sinfónica fuera declarada patrimonio intangible de la nación



El maestro tocaba el piano magistralmente, cuando llegaba a su casa siempre estaba tocando e interrumpía su rutina para conversar conmigo y para escuchar la nueva canción que yo había escrito.


Durante un tiempo trabajó para Cemaco, específicamente en el peri Roosevelt y de vez en vez cuándo nos veía entrar, el maestro empezaba a tocar los primeros acordes del tema de Nadia, era su forma de darnos la bien venida, siempre tan cordial y caballero.

El maestro actualmente vive en Austria en la ciudad de Graz, donde pertenece a la asociación de constructores de pianos de ese país, sigue tocando el piano y se ha especializado en la afinación del instrumento.


Pasaron muchos años para que volviera a saber de él, pero invariablemente siempre lo recordaba cuando escuchaba el tema de Nadia, pues pasó a ser el tema de una etapa de mi vida. Entre mis locuras un día, escribí una canción, dedicada a su persona, cuando la escuchó se emocionó y le puso la música con su piano.

“El pianista”

El pianista tiene 

el alma profundamente,

solitaria y se oculta

a una partitura,

en la que aún no

escribe nada…


Pero una noche,

en el silencio se

cruzaron dos miradas.


La de un hombre,

con una pinta a la

Antigua y la de una

niña alborotada.


Desde aquel día,

al pianista no le 

interesa nada,

que no sea escribir,

el tema de su amada.


Oxwell L’bu copyrights 2023

#Orquestasinfonica

#musica

#pianista

domingo, 26 de marzo de 2023

El legado continúa…


 El legado continúa…

No, no es solo el mantener viva una tradición, es el transmitir una visión de vida…


Y el legado de padre Antonio continúa, hoy son otras generaciones, las que le inyectan nueva sangre a estas tradiciones, que hablan de la fe de sus fundadores y de una forma de vivir, en la que se buscaba el bien común y el compartir como comunidad.


Fueron vivencias cómo estás y otros de las que se he escrito, las que hicieron la diferencia en nuestras vidas, el no salir a buscar afuera aquello que a veces llevamos dentro.



Pues al hacer alfombras se comparte como comunidad y se desarrolla una comunión entre el arte y la fe y las procesiones no son exhibiciones, sino una forma de llevar el mensaje de la esperanza por nuestras calles.

Oxwell L’bu copyrights 2023

#Jesusdelsacrificio

#Coloniaprimerodejulio

jueves, 23 de marzo de 2023

“El cartero de la Colonia IV”


 “El cartero de la Colonia IV”

Así de repente, se le metió en la mente y la acurruco en su corazón… Cada canción le hablaba se ella, cada verso era un referente de su mirada.

El cartero de vez en vez se tomaba el tiempo, para conversar con los vecinos, se hizo amigo de algunos de ellos, por su amabilidad y su disposición de ayudar.   El era el primero en saber cuando llegaba un nuevo vecinos o se mudaba.


Miguel Alejandro era cayado y un tanto apartado, no gozaba de popularidad, pero si del don de saber hacer amistad.  Don Juan  recorría los callejones a pie, dejaba su  bicicleta  al principio de la manzana y nadie la tocaba. Al pasar por los callejones se encontraba a los patojos chamusqueando y a los más grandes en las esquinas, mirando a las chicas cuando caminan, envalentonados por el grupo, pero tímidos, cuando la tenían enfrente y no sabían que decir.

Fue por ese tiempo en que noto, que del bolsón salía un aroma a perfume, que provenía de un sobre muy particular al que se le olvidó pegar el sello postal, no tenía remitente y el sobre había sido pintado y llevaba una flor dibujada en la esquina. Por lo mismo, ni podía devolverla y tampoco entregarla pues incumplía con el pago respectivo.

Oxwell L’bu copyrights 2023

#elcartero

miércoles, 22 de marzo de 2023

“Barranco las guacamayas IV”


 “Barranco las guacamayas IV”

(El paredón)

Desde las orillas se podía apreciar, las marcas que el tiempo va dejando en esas fallas geológicas, que llamamos barrancos.


Pero al bajar era impresionante, ver su altura, notar los agujeros donde los guacamayas alguna vez tuvieron su nido y que entre aquel espeso verdor el paredón se erguía imponente, como si fuera un centinela de magnitudes impresionantes.


Tratar de escalarlo era un reto, que solo los bomberos voluntarios de vez en vez se atrevían a hacerlo, cuando un alma en pena se lanzaba del mismo o cuando se les informaba de que allí habían lanzado un cadaver.




Aquel inmenso paredón parecía infranqueable, era como los muros que tenía la colonia en todo su perímetro, muros que separaban a aquella península incrustada en medio de barrancos y también el que delimitaba aquella área verde de aventuras y juegos.

Oxwell L’bu copyrights 2023

#elmuro

#barrancolasguacamayas

martes, 21 de marzo de 2023

“El cartero de la Colonia III”


 “El cartero de la Colonia III”

De subida y bajada, se veía al cartero pasar, en aquellos días, en que el era el portador, de esas cartas a veces de amor.


Fue por aquel tiempo, que entre la muchachada se puso de moda “cambiar un 21”(que eran los boletos del transporte público que venían numerados y si al sumar los dígitos sumaban 21 solían guardarlos) de los cuales habían algunos que tenían casi un talonario, con la esperanza de un día cambiarlos por un beso, de la chica de sus sueños.

Quien hacía de Celestina, solía llevar las cartas del enamorado, quien a veces osado incluía un 21. Habían otros, que para que no les comieran el mandado, preferían enviar dichas cartas, con sobre sellado con los sellos postales, aunque la chica viviera en el mismo callejón. 

Entonces a veces sin saber, el cartero solía ser el celestino, quien recorre mil caminos para hacer llegar aquellas cartas de amor.

Oxwell L’bu copyrights 2023

#Elcartero

#Cartasdeamor

lunes, 20 de marzo de 2023

“El cartero de la Colonia II”


 “El cartero de la Colonia II”

El cartero día a día recorría las calles de la Colonia, montado en su bicicleta Philips y su bolsón de cuero a un lado, en aquellos años, cuando no existía mensajería electrónica y los teléfonos terrestres era contados.


Era lógico, que este personaje tan singular, se hiciera tan familiar para los vecinos de la Colonia. Había una sucursal de la oficina de correos, donde llegaba la correspondencia y donde también se editaban los telegramas.

Fue por ese tiempo, que toda una generación andaba con las hormonas alborotadas, buscando repasos, pero sobre todo a la chica de sus sueños.

Miguel Alejandro, era de esos que sin ser poeta, de vez en vez le brotaban ciertas expresiones, que algunos de sus amigos y conocidos, no tardaron en intuir, que quien expresa cosas así, puede dejar soñando despierta a una muchacha. Entonces empezó a hacer cartas por encomienda, el las escribía y el interesado la transcribía con su letra. Algunas veces le pagan con dinero, otras lo invitaban a la tienda de la esquina, una agua, unos tortrix era paga suficiente, para un escritor decente.

Entonces, empezó a escribir cartas sin firmar y sin destinatario, quizás ensayando lo que algún día le iba a expresar a la doncella, de la que se iba a enamorar.  En aquellas cartas, no buscaba rimar, sino un sentimiento expresar, lo suyo no era poesía, sino una expresión, de eso que se le rebalsaba del corazón…

Oxwell L’bu copyrights 2023

#elcarterodelacolonia

domingo, 19 de marzo de 2023

“El cartero de la Colonia I”


 “El cartero de la Colonia I”

Recorriendo la calle amores se veía al cartero, llevando su bolsón de cuero y su cachuca que apenas lo protegía del sol…Fue el cartero de la Colonia por muchos años, porque como usted sabrá, en aquel tiempo un hombre se casaba con su oficio o profesión.

Era el quien llevaba a tiempo o destiempo, las noticias buenas o malas, que contenían esas cartas, que se escribían con la intension de que llegaran a tiempo y si el recado era urgente, se mandaba un telegrama, que llegaba incluso cuando ya se estaba en cama.


Miguel Alejandro, era un chico como todos los del barrio, que creció entre chamuscas y travesuras, esperando a las seis en punto, al frente del televisor que empezará la serie del Zorro.

Pero los patojos crecen y los pantaloncitos cortos al parecer también y un día casi de repente, se les ve trocando sus juegos infantiles, por las locuras de los adolescentes. Aprendiendo a bailar, pretendiendo enamorar y más de uno mareándose con un trago o aprendiendo a fumar.

Los patojos recorrían las calles de la Colonia buscando los fines de semana un repaso o yendo tras una de las flores con faldas escolares y calcetas arremangadas a los tobillos. Pero nadie como el cartero, conocía aquellas calles, así como los nombres y apellidos de quien habitaba cada domicilio. 

Los patojos se empezaban a ensayar de poetas y le robaban coplas a las canciones, que ponían junto a los corazones, con que plagaban las cartas que les hacían llegar a la chica que pretendían, por medio de una Celestina.

Fue por esos años, que Miguel Alejandro, por esas cosas del destino, se vio escribiendo cartas, para los enamorados que pretendían a una chica y no encontraban las palabras para expresar sus sentimientos. Que a él le brotaban como sarmientos del viñero de la inspiración.

Fue entonces que comprendió, que una carta puede llevar el color de una flor y el aroma de un sentimiento.

Oxwell L’bu copyrights 2023

#Elcartero

viernes, 17 de marzo de 2023

“Instituto primero de Julio”


 “Instituto 1ero. de Julio”

(Una reseña histórica)

Corrían los años 70’s con toda la agitación social en el mundo, el movimiento jipi en los Estados Unidos ante la guerra de Vietnam que parecía no tener un fin; en Guatemala el resurgimiento del movimiento guerrillero a nivel urbano y después del gobierno civil del Licenciado Julio Cesar Méndez Montenegro se sucedían uno tras otro los gobiernos militares. A principios de los años 70’s la Colonia estaba poblada casi en su totalidad, pero aun permanecían sitios baldíos que nadie sabía para que estaban reservados.

Los patojos como siempre hacían su campo de juego de cualquier lugar donde hubiera vegetación y amplitud para correr y saltar, en todos estos lugares se les miraba jugando a excepción de uno, el que estaba localizado en la 8 avenida y 18 calles, bajando rumbo a uno de los lugares particulares de la Colonia, la llamada Isla. El lugar era sumamente grande y en sus alrededores crecía la llamada flor de muerdo que hacía que el lugar a la distancia se mirara como si tuviera una alfombra amarilla y verde. La gente decía que en el pasado este lugar había sido un cementerio y por eso abundaba este tipo de flor, además se contaban tantos mitos y leyendas que los patojos hasta en plena luz del día evitaban el lugar.

A principios de 1972 se empezaron a remover las tierras, mucha gente esperaba que al paso de los tractores fueran apareciendo huesos humanos y cosas así, mas tal cosa hasta donde se sabe no se dio. Poco a poco aquella construcción fue tomando forma antela vista de los patojos y los vecinos, ya para finales del año 1973 las aulas y los salones de usos múltiples estaban terminados, luego se coloco una malla metálica en todo el perímetro de lo que tiempo después llegaría a ser el Instituto experimental de educación básica “Simón Bolívar” en jornada matutina y el instituto 1ero. de Julio en jornada vespertina.

Para el ciclo escolar de 1974 se inauguro el instituto, y tanto el primer director, como sus docentes, se propusieron el impartir una educación de calidad así como el de formar a aquellas primeras generaciones de estudiantes que daría al instituto sus singulares características y un legado que con los años han continuado los nuevos generaciones. Se recuerdan las destacadas participaciones, del instituto, en el programa “Talentos y Puntos” transmitido en canal 11.

Con el paso de los años al instituto se le han ido haciendo algunas remodelaciones, por ejemplo en sus inicios la fachada del instituto se caracterizaba por el color azul en sus paredes, la malla metálica fue sustituida por un paredón de block que rodea el perímetro del instituto.

El instituto siempre tuvo destacadas participaciones, en los desfiles del 15 de septiembre, día de la independencia, tanto en la Colonia, como en el centro de la capital, sus bellas batonistas, siempre fueron motivo de admiración. Por otra parte se recuerdan las múltiples actividades, que organizaba, el entusiasta profesor Abel, principalmente las subidas al volcán. 

Oxwell L’bu copyrights 2019

“Cambio de uniforme”(La nueva generación)


 “Cambio de uniforme”

(La nueva generación)

Los 80’s la década de los cambios tecnológicos más acelerados, que se han dado, la que cambio la faz de la historia.

Llegan los ochentas con su música pop y los grupos tanto en inglés como en español, que dejarían huella en esta generación, como The New kids on the block, Los Chicos, Menudo, las Flans entre otros. Fue la época de muchos cambios acelerados que marcaron el pensar y sentir de toda esa generación. Y en el instituto y la Colonia, dichos cambios también llegaron. La Colonia dejó de estar ubicada en la nomenclatura de la ciudad en la zona 19 y pasó formar parte del municipio de Mixco y aquello se crea o no cambio la historia y futuro de la Colonia. El instituto también cambió su uniforme y atrás quedó el mote de Remolachas, ahora es nueva generación la que escribiría su propia historia.



Empezó a ser parte de las actividades curriculares, las idas al volcán y la representación del instituto en los desfiles cobró mayor relevancia; se solían hacer repasos también en el salón de usos múltiples que atraían a chicos de otras Colonias. No fue solo el cambio de uniforme, fue la llegada de una nueva generación, con


otra visión la que marco una nueva era para el instituto.

Oxwell L’bu copyrights 2023

#Losochentas

#Institutoprimerodejulio

miércoles, 15 de marzo de 2023

“Los remolachas”


 “Los remolachas”

(Historias de otros tiempos)

Corrían los años 70’s con su moda hippy, sus pantalones acampanados y la música de Creedence Clearwater Revival sonado a todo volumen en los recién aparecidos radios de transistores y el instituto en la Colonia iniciando labores.



Aquella área que alguna vez fue un cementerio, para esos días eran las instalaciones modernas, que albergarían a los estudiantes de los institutos Simón Bolívar(jornada matutina) y el 1ero de Julio(jornada vespertina), fue por aquellos años en que los estudiantes del instituto primero de julio estrenaron un uniforme muy particular, de diseño cuadriculado, con un color que se asemejaba mucho al de las remolachas que eran usadas en los curtidos y principalmente en el fiambre.



No pasó mucho tiempo, para que se acentuea aquella pregunta, entre la muchachada de la Colonia “vos estudias en el Simón o en el nel”  y también para que se les empezara a llamar “Los  remolachas.”




Y así se miraba a los remolachas a lo largo y ancho de la Colonia, luciendo aquel uniforme muy particular, que los hacía imperdibles e inconfundibles. Era tan particular el uniforme, que cuando desfilaban en el centro de la ciudad, con su naciente banda de guerra y su pelotón de batonistas, que la gente decía, allí viene los remolachas.


Para antes que iniciara la nueva década, la particularidad de aquel uniforme y el mote, fue quedando para el recuerdo, pues el uniformado fue cambiado, una nueva historia había iniciado…

Oxwell L’bu copyrights 2023

#remolachas

martes, 14 de marzo de 2023

“Barranco de las guacamayas III” (De capiusa en las guacamayas)


 “Barranco las guacamayas III”

(De capiusa en las guacamayas)

Irse a barranquear, era sinónimo de irse a aventurar a la espesura del barranco y explorar su naturaleza…

Para algunos ir a la escuela, a veces se constituía en un dolor de muela y por eso optaban por capiusarse, cuando conseguían que otros los acompañaran, había un lugar que siempre era la mejor opción, pues allí nadie los buscaría.

Internarse en el barranco, era encontrarse con el chichicaste(el cual era usado para ese ritual del día de los fogarones 7 de diciembre, así como también como árbol de navidad, el cual se pintaba de plateado y se adornaba), con los frutales a la otra orilla del barranco y también con cosas inesperadas. 

Atravesar el barranco era una odisea, llena de aventuras, ver los grandes paredones y poder ver aún los agujeros en los que vivieron las guacamayas. Era ir a jugar de güerritas con onda en mano, era meterse al río en calzoncillo y de vez en vez ver cosas que uno no se esperaba.


Pues habían parejitas de novios, que también se internaban en aquel espeso verdor, para hacer el amor, pensando que nadie los vería.

Ir a las guacamayas de capiusa, era ver  como poco a poco se desabrochaba una blusa y dejaba ver los encantos nacientes de una mujer, sin comprender a cabalidad que es lo que hacían.

Si ese Barranco hablara, cuantas historias contaría y es seguro que uno no se aburriría…

Oxwell L’bu copyrights 2023

##barranquear

lunes, 13 de marzo de 2023

“El niño y las guacamayas”(Historias del barranco)


 “El niño y las guacamayas”

(Historias del barranco)

En la inmensidad de aquel verdor, que en las noches era como un inmenso agujero negro sin final, se decía que de repente aparecía, aquel niño, con una guacamaya en el hombro, criatura sin nombre, patojo sin hogar.

En los primeros años de la Colonia, todo su rededor era como una fortaleza de espeso verdor y cuando anochecía todas las casitas juntas se iluminaba y vistas desde el cielo, eran como una sola luz en medio de la obscuridad.

Los que vivían en las cercanías del barrancos decían, que se miraba a un niño que se asomaba desde el barranco, que se alimentaba de los árboles frutales, que estaban plantados en las fincas que estaban al otro lado del barranco.  Algunos de los patojos lo vieron, cuando iban a barranquear, dicen que siempre una guacamaya le acompañaba, pero cuando querían hablar con él, se esfumaba y entonces se miraba una guacamaya volar.

Algunos decían que era el alma, de un niño que hacía años se desbarrancó y por el que nadie rezó y del que nunca encontraron el cadaver, otros decían que era un alma en pena, dado que en tiempos antiguos, antes de que se construyera la Colonia, allí había un cementerio, específicamente donde ahora se encuentra el instituto 1ero de Julio y el Simón Bolívar.


Padre Salvador Huguet, sacerdote dominico, al que la muchachada llaman el padre hippy, por su forma de ser y vestir y que de vez en vez llevaba a los muchachos a una especie de mini retiros a orillas del barranco, al saber de la historia del niño(como también de que a veces se tiraban cadavers en el Barranco) hacia oraciones en el lugar por esas almas y esparcía agua bendita.

Lo que llama la atención de esta historia, es que conforme fueron desapareciendo las Guacamayas, a aquel niño ya casi se le dejó de ver, hasta que un día al igual que estas aves desapareció y no fue porque creció, pues en todo ese tiempo su apariencia nunca cambió.

Oxwell L’bu copyrights 2023

#barrancolasguacamayas

#Elniño

“Barranco las guacamayas II” (Haciendo caminos)


 “Barranco de la guacamayas II”

(Haciendo caminos)

Ya lo dijo el poeta: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”(Antonio Machado) y si que todo una generación de niños, dejaron una huella en ese lugar, todo por andar detrás de la felicidad, de aventurar, de jugar, de experimentar…

En aquellos años, cuando aún las guacamayas tenían sus nidos en los paredones y se le veía volar, era fácil perderse en medio de su verdor.  Pero ir a ver los riachuelos correr, las aves volar, les provocaba ir a los patojos a aventurar.

Y después de la escuela, los fines de semana o los meses de vacaciones se les veía ir y venir, hasta que poco a poco fueron marcando caminos, con diferentes destinos.  Incluso para los que se iban de capiusa, era un lugar referente, pues quien los iba a encontrar en ese lugar.

Aquel era un verdadero campo para aventurar y explorar, por eso también se les veía allí a los Scouts del grupo 51, pues allí realizaban muchas de las actividades de su formación.

También es verdad, que en aquellos años del conflicto armado, no pocas veces el Barranco sirvió de vertedero de cadaveres que iban a tirar.  Pues antes de que muchas de las colonias que hoy existen, lo fueran, todo aquello era como una inmensa selva, que escondía sus misterios.

El Barranco era como un iman que atraía a los patojos, por eso en aquellos años, se decían: vámonos a barranquiar…

Oxwell L’bu copyrights 2023

#Barrancolasguacamayas

#Barranquiar 

domingo, 12 de marzo de 2023

“Barranco las guacamayas”


 “Barranco las guacamayas”

(Una cicatriz con historia)

El valle en el que fue fundada la Nueva Guatemala de la Asunción, está rodeada en la mayor parte de su extensión, por esos accidentes geográficos llamados barrancos, que en su momento salvaguardaban mucha de la fauna y flora de la ciudad.

A mediados de los años sesentas, cuando se empezaba a remover la tierra y hacer los trazos para asentar  allí a la nueva colonia, que sería un modelo habitacional para el país y centro América, por el creciente problema  de la vivienda que se planteaba. Mientras los tractores removían pa tierra, se veía a las guacamayas ir y venir, surcando los cielos que aquella península.

El Barranco de las guacamayas, siempre ha tenido un papel preponderante para la Colonia, dado que es quien de forma natural delimita a la misma, sino también porque es el área verde más importante de la misma.

En dicho Barranco tuvieron por muchos años su hogar las guacamayas que se veían surcar los cielos, tenían pequeñas cuevas en los paredones naturales, que era donde vivían. Muchos se preguntan, que se hicieron, a donde se fueron las guacamayas y aunque no hay una respuesta concreta, por esos años se murmuró que un grupo de gringos contrataron a gente que las atrapaban con el propósito de exportarlas vivas a los USA donde siendo animales exóticos, tenían gran demanda. 

Por esos años, atravesar el Barranco, era encontrarse con fincas donde se sembraban diferentes tipos de frutas, además de ser toda una aventura, pues era atravesar arroyos de agua clara, que cuando se crecían en invierno, permitían a los patojos darse un chapuzón.

El Barranco las guacamayas, entre sus cicatrices guarda la historia de no solo de esta parte de suelo, sino también la de legiones de patojos que se aventuraron en sus entrañas.

Oxwell L’bu copyrights 2023

Foto: Internet

#Barrancolasguacamayas

jueves, 9 de marzo de 2023

“Familia Fernández Ruiz”


 “Familia Fernández Ruiz”

Más que compartir en la misma cuadra, mas que compartir en la misma casa y de ser vecinos, éramos como familia…

Sin buscar en mis recuerdos, esta familia emerge como flores en el jardín de mis primaveras, compartimos tantas cosas, que sería imposible arrancarlos de mis memorias.


Nuestras casas, una frente a la otra, nuestras vidas compartiendo una misma historia. Pues si evoco a mi niñez, me veo con ellos jugando y retozando, con cada ocurrencia que rayaba en la demencia. En mi adolescencia ellos estuvieron allí y en mi juventud me vieron partir, pero en mi vida siguen siendo recurrentes, pues siempre encontramos atajos en el camino, para volver a compartir.

Más que amigos hemos a sido como hermanos, a los que siempre convoca la vida, en las buenas y en las malas, hemos bebido de la misma copa, esa que a veces tiene en vez de vino vinagre amargo, pero nunca a faltado también el vino exquisitamente dulce, ese que comparten los amigos.

Por eso y muchas cosas, que no se pueden resumir en líneas, pero que se mantienen patentes en el corazón, gracias por su amistad.

Oxwell L’bu 

#Amistad

miércoles, 8 de marzo de 2023

“Pequeños detalles”


 “Pequeños detalles”

A esas mujeres, que hicieron una diferencia en mi vida, las que más de una vez me curraron esa herida y que con sus detalles me dieron motivos para sonreír…


En nuestro camino, es imposible alcanzar el destino, sin la ayuda y presencia de personas que en su momento hicieron la diferencia. Y en mi camino siempre hubo una mujer desde el momento de nacer, que con sus detalles, fue ayuda idónea y ese bastión dónde apoyarse.

Así fue, siempre Dios puso ángeles en mi camino, ángeles que llamamos mujeres, que tuvieron ese toque de gentileza, esa mano de bondad, que con sus consejos pusieron una luz en medio de la obscuridad.

Algunas de ellas ya no están, pero siguen presentes en mi mente y corazón, a las que siguen allí, donde las conocí, les envío un abrazo y si no aparecen en la foto, no es por olvido, es porque no tuve una que poner, pero la fotografía de su sonrisa sigue, plasmada en mi corazón.

Oxwell L’bu copyrights 2023

#Mujeres

lunes, 6 de marzo de 2023

“José Rolando De León”


 José Rolando De León

(Espíritu de superación que trasciende)

Con pesas de botes de cemento y  un espíritu inquebrantable empieza a escribir su historia y hoy es parte de las memorias del deporte de un país.




José Rolando De León a muy temprana edad enfermo de poliomyelitis, lo cual afectó sus miembros inferiores, pero no su espíritu de lucha.  Vivió durante un tiempo en la Colonia, en la 5 avenida B y 18 calle, donde pronto hizo amistad con los muchachos del barrio, fue durante esta época que empezó a competir en fisiculturismo, así como en el levantamiento de pesas, en los cuales consigue destacar, tanto a nivel  nacional como internacional.




Llega a coronarse como campeón mundial y gana la medalla de oro en los juegos para olímpicos de Seúl Corea en levantamiento de pesas. Son muchos los vecinos que lo recuerdan por su don de gente y sobre todo como un ejemplo de superación y lucha.

Oxwell L’bu copyrights 2023

#Paraolimpico