sábado, 2 de mayo de 2020

“La disco rodante”

“La Disco Rodante”
(Cortejo en las Calles II)

Con media década a cuestas, los ochentas corrían como una prisa desmedida para darle alcanza al 2000, que  por aquellos años parecía inalcanzable… Sextienado en el centro capitalino, se veía a los muchachos, siguiendo el vaivén de las faldas escolares, que las colegialas lucían con las medias hasta bajo, para lucir la pantorrilla. Los muchachos pelaban los ojos como carambolas y no se hacían bolas si una de esas doncellas los mandaba  a volar.

Durante el ciclo escolar de enero a octubre  se veían los grupos de jóvenes esperando el autobús en las esquinas, principalmente en las horas  pico después de cada jornada de clases, para la matutina después de la una de la tarde y para la vespertina pasado de las 6 casi cayendo la noche. Algunos abordaban el primer bus que  pasara y los transportaba a su destino; otros en cambio dejaban pasar bus tras bus sin abordarlo, como que si esperaran a alguien que no terminara de llegar.  Hasta que por fin el bus que esperaban se asomaba, entonces un grupo de jóvenes corrían en estampida para abordarlo, hasta que ya no cabía ni una pluma y  los que no conseguían subir, esperaban hasta que diera la nueva vuelta, lo cual lo hacía en  poco más de una hora.  A primera vista, era un bus como otro cualquiera, de la empresa EGA, pero tenía sus particularidades; el mentado bus siempre estaba bien  pulido por dentro y por fuera,  pero eso no era su atracción, lo era el musicon que se podía escuchar en el trayecto, a través de su potente, sistema de sonido y por supuesto la posibilidad de conocer a otros chicos y chicas.  Por ese tiempo dominaban las estaciones de radio, el Grupo Whan,  Boy  George  y su Cultere Club y por supuesto El grupo Queen  entre otros, en español El grupo Rana y su Socaribe, sin faltar los eternos baladistas  Camilo Sesto, Raphael, José Luis Perales, se empezaba también a escuchar, uno de los primeros temas de Ricardo Arjona Déjame Decir que Te Amo.

Chicos y Chicas de todos los institutos y colegios se veían abordar dicho bus, que cada vez veía crecer su popularidad, que no paso mucho tiempo para  que otros dueños de autobuses copiaran aquel estilo de transporte que los jóvenes adoraban. En el interior del bus se veía tapizado con tarjetas, dibujos y calcomanías, así como corazones con los nombres de las nuevas parejitas, que día a día se sumaban o que aquel bus había propiciado el encuentro, que termino en noviazgo en alguna kermese o algún repaso que se organizaba entre la muchachada que abordaba el mentado bus cuyo ruta era de la Colonia al Centro capitalino  vía anillo periférico y viceversa.  Dicha modalidad duro, hasta que la municipalidad capitalina, restringió la música en los buses de trasporté publico  dada las quejas de usuarios que aquello les resultaba molesto o como decía la muchacha ¡Gente que no agarra la onda! Como dice aquella canción: “Mirando en el cajón de los recuerdos, cualquier tiempo pasado nos parece mejor…”  Pero cada generación encuentra sus propias formas de expresión; expresiones que los llenan de emoción cuando pasan los años  y las recuerdan.
Oxwell L’bu copyrights 2011
Foto: Stanley Menéndez Z



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