martes, 31 de mayo de 2011

"Cronicas del Primer Amor"

“Crónicas del Primer Amor”
(Segunda Parte)
Ella se sonreía, pero cuando el muchacho se acercaba, hacia como que no lo vio… El decepcionado y un tanto sonrojado volvía a su trinchera, sin darse cuenta que ella suspirando se quedo…

Las muchachas se reunían a la hora del recreo a discutir sobre lo que acababan de ver en las revistas de moda ...; del galán de telenovela, los colores del verano, los bailes los peinados y todo eso que los varones no consiguen entender. Mientras ellos observándolas, según ellos con disimulo, contemplando sus piernas cubiertas por las calcetas escolares que suelen estorbar. Pero pocos se animaban a traspasar esa barrera ilógica que entre géneros en la niñez se marcar, pero cuando crecen las ansias se mueran por derrumbar.

Todos los días como si fueran pesadillas las colegialas solían pasar despertando los instintos que los varones, que luego no consiguen doblegar. Sigilosas y graciosas como mariposas en primavera, luciendo una diadema o un peinado diferente hacia lo que los varones son indiferentes, pues las hormonas sus sentidos suelen dominar.

Sofía con disimulo, lo solía mirar, entre todos los varones del barrio a ella le parecía un tipo especial. No era su porte, ni su cara de niño, ni esa mirada que bañaba de cariño cuando sonreía, era esa planta de soñador gravitando en otro mundo. Luis Ángel era así, un muchacho como otro cualquiera que le gustaba dibujar, que llevando su radio a transistores se ponía a cantar, la música en ingles, aun que no la entendía, pero se inventaba traducciones y cuando nadie lo veía ase ponía a bailar “Shadow Dancing” y otras más. Pero era más bien tímido, su sueño era ser jugador profesional de futbol, pero la verdad es que le faltaba esa habilidad natural que en otros desborda, aun así salía por las tardes a chamusquear con los patojos de la cuadra.


Luis Ángel tampoco se escapaba a esas emergencias de la edad, de esa sensación de soledad cuando veía a sus amigos empatados con las niñas que no hace mucho solían odiar. Se daba cuenta ya que muchas cosas que por las que ayer se moría, hoy ya no le solían importar. Sofía era una chica encantadora, con una bella sonrisa, menudita y un toque mimoso al andar, pelo suelto, chapitas en las mejías y boca como si estuviera pintada, mas su color de fresa era natural. Atraía hacia a ella, las miradas de los muchachos, que como abejas al panal no paraban de piropearla cuando estaban en grupo, pero ella pasaba de largo, haciendo como que no existían, pero cuando notaba la presencia de Luis Ángel, se volteaba y sonreía. Pero luego se recataba y seguía su camino. El la miraba y se decía, para sus adentros “Que hermosa chica” sin darse cuenta que la sonrisa era para él.

El seguía dibujando sus amores de papel, cantando y bailando cuando nadie lo veía sin sospechar que había varias chicas que lo querían apartar para ellas. Era un tanto iluso y demasiado ilusionado y porque lo sabía trataba de ser recatado y no arriesgar el corazón persiguiendo una ilusión ante la que se pensaba con poca oportunidad. Por las noches se ponía a traducir las canciones en ingles y como lo hacía en forma literal, poco le decían, les cambiaba la letra y ponía en ellas las palabras que el diría si encontrara a la niña de sus sueños.

Mientras tanto a Sofía, le llovían los pretendientes, los cuales a regañadientes se disputaban quien sería el aventajado que sería el primero en cortejarla y conseguir que saliera con él a pasear. Ella era amable pero a nadie se le hacía, sacarla a algún lugar, porque su corazón en otra dimensión empezaba a gravitar.
Oxwell L’bu
Imagen: Internet

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