lunes, 27 de abril de 2020

“Los generales de la Colonia”

“Los generales de la Colonia”
“Cuando era un chiquillo,
 que alegría, jugando a la guerra
noche y día... (R.C. El gato en la obscuridad)

Desde muy temprano, se veía pasar, el bus del hall recorriendo el circuito de la Colonia en sus arterias principales, la 5ta. Y 7ma. avenidas y en las 4 paradas que hacía a los llamados hallitos, con su uniforme verde y su birrete azul celeste. Algunos de aquellos niños que se pasaban jugando en ese inmenso, campo de recreo que eran los campos, callejones, calles y avenidas de la colonia, al terminar su educación primaria, optaron por continuar sus estudios en el Hall. Años después algunos ingresarían a la Escuela Politécnica y otros serían  profesionales.  Aún que no todo los que ingresaron a la E.P. eran egresado a del Hall.

Años después aquellos jóvenes, harían una carrera militar, llegando a ser oficiales subalternos, superiores y algunos generales. Entre los que llegaron a ser generales, se recuerdan a Mario Galindo Corzantes (Que solía jugar fútbol en equipos de la liga de los campos de la Colonia), así como también a Alfredo Díaz Waight, Ronald Velásquez Sosa, el general PA Pedro Antonio Cuellar quien fue vice ministro de la defensa y al actual ministró de la defensa el general de división  y piloto aviador Juan Carlos Alemán Soto.



En la Colonia siempre han habido jóvenes que se han esforzado por destacar y aportar al país y han sido orgullo de sus padres y vecinos, en las diferentes esferas del que hacer nacional.
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#Coloniaprimerodejulio





martes, 21 de abril de 2020

“Desde la terraza de la casa”

“Desde la terraza de la casa”
Contemplo el amanecer, el sol brilla más que ayer, las calles y los callejones lucen solitarios, se escucha a los pájaros cantar y una que otra flor se empieza a asomar en los jardines...

Desde la terraza de la casa, veo cómo el tiempo a transcurrido, lejos están los días, en que todas las casitas eran iguales, con techos de duralita en los que se escuchaba la lluvia cuando caía, ahora han cambiado, muchas casas son de dos o más niveles.

Desde la terraza de la casa, veo la vida pasar, aun se ve a niños corretear, aún se ve a muchachos en las esquinas enamorando a las vecinas...

Desde la terraza de la casa, se escuchan las voces de los vecinos, unos cantando, otros silbando, algunos murmurando, otros riendo y más de alguno llorando; porque desde la terraza de la casa, sin ser fisgón el alma adquiere alas de gorrión, para pasearse por el presente y pasado de un lugar, donde el corazón ha quedado.
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domingo, 12 de abril de 2020

***Volverán los jardines a florecer***

***Volverán los jardines a florecer***
Cuando parecía que el crudo invierno,
había arrasado con las flores del jardín;
cuando todo parecía un inmenso cementerio,
donde un silencio de sepultural,
había acallado a la vida.

Cuando el cielo se tornó gris
y las calles lúgubres se revestían
de luto riguroso...
Cuando las tijeras del miedo,
con los filos de la desconfianza y dudas,
le cortaron las alas a la esperanza.

En medio de esa densa obscuridad
y confusión, del corazón de la tierra
transformando en sepulcro,
cual legión de estrellas surge una luz,
una luz que lo eclipsa todo, que lo
ilumina todo y le pone nuevas alas
a la fe y la esperanza.

Es la promesa de que volverán
los jardines a florecer,
de que volverá a estar preñada la mujer,
con el hijo de la esperanza...
Volverá el cielo a prenderse
de ese azul celestial.

Volverán los jardines a florecer,
donde todo parecía muerto,
donde todo parecía que dejó de existir,
volverá resurgir la vida, porque debajo
de las cenizas, había una llama ardiendo.

Volverá la primavera a nuestro horizonte
y se volverán en nuestras calles a escuchar
la risas de los niños, los suspiros de los enamorados y las voces de los abuelos
dando sus consejos;
volverán las flores con sus colores a pintar,
esos paisajes que extasían el alma.

Volverán los jardines a florecer,
porque el crucificado, ha resucitado,
porque en El esta nuestra pascua...
Y el ángel de la muerte pasará por alto,
sin poder tocar el alma...

Volverán los jardines a florecer
y las ofensas cometidas serán pasadas por alto,
el perdón se sembrará y fecundará a la tierra;
no se alzará la mano de hermano contra hermano
y el corazón será más solidario.

Porque el Resucitado es nuestra pascua,
el que hace florecer al corazón,
el que nos puede dar una eterna primavera.
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sábado, 11 de abril de 2020

“Una tradición con corazón”

“Los inicios de una tradición con corazón”
El padre Antonio, más que dejarnos una parroquia y tradiciones, quiso dejarnos su corazón...

El cortejo procesional de Jesús Resucitado, patrón de la colonia, tiene en sus inicios, una sublime sencillez, plasmada de detalles, que nunca pasan al olvido. La imagen que se proseciono, era pequeña, pero el padre Antonio, deseaba, poder realizar, un cortejo procesional, al estilo y altura de las grandes procesiones, de los templos de la capital y de Antigua Guatemala.

Para aquella primera procesión, fue el grupo de acólitos, quien la realizó en el interior del templo, por el año 1974. Para esto, se tomó una mesa de madera y se desarmó, con las patas se hicieron las bases para poder cargarla sobre los hombros y en la mesa en si, se colocó la imagen, asegurándola con trozos de madera y clavos para que no se cayera, se decoró con telas blancas y amarillas.

Al padre Antonio, pese a la sencillez y modestia, de la procesión , le gustaba a todo darle un toque de solemnidad, por lo que ordenó que se prepararán cuatro incensarios, que luego de terminada la misa, se tomará la pequeña anda y recorriera el interior de la parroquia, acompañado de nubes de incienso y todos cantando, el himno oficial de la parroquia:
“La muerte donde
esta la muerte,
donde su victoria...

Resucitó, resucitó
aleluya, aleluya...

Fue para 1976, año del terremoto en Guatemala, que el padre Antonio decidió, que la pequeña procesión, saliera a las afuera del templo, recorriendo, la 5 avenida, desde el iglesia, hasta llegar a la escuela Darío González , dando la vuelta al parqueo de la misma y regresando al templo. Allí iban cantando la feligresía, el grupo Scout 51 iba acompañando, dirigiendo el tráfico y una ambulancia de los bomberos voluntarios al frente.

De todo esto, han transcurrido 46 años y por primera vez este 2020, la procesión no saldrá a recorrer las calles de la colonia, debido a la pandemia. Pero si Dios así lo permite, ya vendrán tiempos mejores y quizás el hecho de extrañar todo eso, ahora, nos haga darle vida y forma, al sueño del Padre Antonio, que era, que el día de la Resurrección y la procesión, tuvieran igual o más relevancia, porque el decía: Si, es hermoso conmemorar la pasión y muerte del Señor, pero al parecer los devotos, llegan ya cansados, para el día de la Resurrección, y como decía San Pablo si Jesús no hubiera resucitado, en vano sería nuestra fe.
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sábado, 28 de marzo de 2020

Mantengamos viva la fe...

Mantengamos viva la fe
y actuemos en consecuencia
a esa fe que profesamos...

Seamos solidarios...
Durante el terremoto de 1976, los vecinos de la colonia, nuestros padre (hoy los abuelos aquí en la tierra o en el cielo) nos enseñaron y dejaron cátedra, de cómo comportarnos, en condiciones de calamidad pública, nos enseñaron a tener empatía, a cuidarnos unos a otros, a vivir en concordancia, con la fe que profesaban y nos enseñaban.

Es momento de demostrar que hemos aprendido la lección, que sus palabras viven en nuestro corazón y que somos capaces de seguir su ejemplo. En esos años también hubieron muchas limitaciones, personas que perdieron su trabajo y se quedaron sin sustento, pero siempre hubo una mano vecina amiga que los socorrió.

Si nos unimos seremos más fuertes y no solo sobreviviremos, sino le estaremos dando una lección de vida a nuestros hijos, no con palabras sino con ejemplo.

No perdamos la fe, no relativicemos los principios que recibimos de nuestros padres, pues la mejor forma de honrarlos es darles vida hoy. Compartamos de lo que tengamos y no permitamos que nadie pase hambre, soledad o qué se contagie con la enfermedad por nuestro descuido.
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Foto: Jesús del Sacrificio
#pandemia

martes, 24 de marzo de 2020

“Las cosas que hacíamos cuando no salimos de casa”

“Cuando no podríamos salir de casa”
Si en aquella época hubiéramos tenido internet, si hubieran existido las redes sociales y toda la tecnología con que ahora contamos, ahora se pueden exponer y discutir ideas con gentes de todo el mundo, se puede leer cosas interesantes, ver cosas en tiempo real, hasta ver porno si a alguien se le antoja. Pero de haber tenido todo esto de cuántas otras cosas nos hubiéramos perdido...

Ahora nos quedamos en casa por eso del Corona virus, pero en aquellos años un temporal, que parecía diluvio, una gripe que se prologaba o el castigo de mamá y papá por ser malcriados e irreverentes. Nos confinaban a esas cuatro paredes, sin teléfonos para comunicarnos y una sola televisión(con suerte) de la cual mamá tenía el control. No teníamos tantos juguetes y menos juguetes de alta tecnología, entonces la patojada recurría al ingenio y la fantasía.

Hacíamos futios( futbolitos) con una tabla y clavos, contábamos historias que nos inventábamos o vivían en nuestra memoria, jugábamos damas o ajedrez y hasta con las pepitas de los mangos hacíamos figuras con las que nos entreteníamos.

Así es cuando hay demasiado que escoger, uno no sabe que coger...
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domingo, 22 de marzo de 2020

***Hoy no iré a trabajar***

***Hoy No Iré A Trabajar***
He abierto de par en par
la cortina…
He mandado al carajo la rutina,
hoy no iré a trabajar.

Hoy quiero verte despertar,
amarte esas 24 horas,
besarte esos 1440 minutos,
acariciarte esos 86400 segundos.

Ya que he descubierto,
que esta vida no me será suficiente,
para embriagarme de este sentimiento
y que mi corazón tiemble de contento.

Hoy no iré a trabajar,
quiero contigo desayunar,
quiero tu cuerpo desnudo,
debajo de la ducha contemplar.

Quiero ser parte de tu agenda,
esa que llevas con tanto detalle,
en el sístole del corazón,
porque tienes razón.

Quien necesita  escribir,
lo que quiere vivir…
Quien necesita planear,
cuando se quiere volar.

Hoy no iré a trabajar,
hoy contigo quiero celebrar,
esa alegría de tu compañía,
y la plenitud de tu presencia.

Hoy no te extrañaré.
¡Te viviré!
Hoy no te recordare,
contigo me emocionare.

Esa añoranza agonizante,
esa melancolía delirante,
hoy las trocaremos en
momentos sublimes…

Esos que le dan sentido a la vida
y te muestran lo bello que es vivir,
cuando el corazón empieza a latir,
con ritmo diferente…

Es por todo eso y mucho más,
hoy no iré a trabajar.
Oxwell L’bu Copyright ©2012