miércoles, 23 de abril de 2014

“Plasmando Huellas De Fe Y Arte En Las Calles”

“Plasmando Huellas De Fe Y Arte En Las Calles”

Al ver el afán y dedicación de toda aquella gente en la confección de las alfombras de flores y aserrín, el niño que observaba le pregunto al abuelo y él le respondió:

“La vida ha de ser una obra de arte, aun que esta dure solo un momento”

Tras meses de preparación así como la obtención de fondos, por fin llegaba la noche de sábado de gloria, noche en que la cristiandad se prepara para proclamar la victoria del Redentor sobr...e la muerte, esa noche precisamente se iniciaba la confección de la alfombra. Las 16 comunidades, que conformaban el grupo Jesús Resucitado, se desplegaban a lo largo y ancho de la colonia, para trabajar en la elaboración de las alfombras en honor al patrono de la misma el día de la resurrección. Pero para esto con meses de antelación realizaban diversas actividades para afianzarse de los fondos económicos para cubrir los costos de los materiales así como para la preparación de los mismos. El aserrín se encargaba en los aserraderos, las flores se compraban durante la semana santa, al igual que el corozo, los moldes eran diseñados y cortados siguiendo el patrón previamente delineado. El aserrín era tenido esa misma semana, por eso no era raro ver a algunos con las manos teñidas de múltiples colores en misa o en alguno de los actos litúrgicos que se realizaban.

Desde la recaudación de fondos, los preparativos y la realización de la alfombra todo era una fiesta a la fe, ya que todos esos actos exteriores, cuando se interiorizan se incrustan en el corazón y se quedan plasmados en la memoria. 
 
Durante la Semana Santa las comunidades participaban en todos los actos litúrgicos de la iglesia, de igual manera cada comunidad en el sector asignado, se encargaba de limpiar las calles, de encalar las aceras, los vecinos por su parte colaboraban y ponían monas blancas y amarillas anunciando el día de la resurrección. El día jueves Santo, luego de la misa de la cena del Señor, el lavatorio de pies y la adoración al Santísimo, se rentaban buses y se iba hacia al centro de la ciudad para la visita a los siete altares, el viernes Santo se realizaba el vía crucis a lo largo de toda la colonia y el sábado se participaba de la vigilia pascual como era el deseo del párroco de la iglesia, el padre Antonio Travadelo, luego a la media noche se iniciaba la elaboración de las alfombras. Se serraban las calles y se realizaba una limpieza previa, luego se empezaba a trazar el área a trabajar, según los materiales disponibles (se calculaba según la cantidad el área que se podía cubrir), se iluminaba el área sacando focos extras y se organizaba a los participantes y como suele suceder: De ver dan ganas…Así se sumaban mas manos a la obra, todo aquello con un espíritu de armonía y felicidad.

Durante la alborada, bajo la luz de la luna, aquellas calles se iban cubriendo de arte, arte realizado con amor, arte que se realizaba uniendo voluntades con un mismo propósito a las cuales no las movía el dinero o el espíritu de competencia, sino un espíritu de fe y amor al Resucitado y aun que durara solo un momento, todo aquel esfuerzo y dedicación encontraba su significado mas sublime y profundo en el amor.

Oxwell L’bu copyright2014 

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