“Recordando a un amigo”

 “Recordando a un amigo”

(Padre Vidal Traina)

-Viejo, Jesús camina con nosotros, pero el camina despacio, sin prisas, porque El sabe a donde va…”

Cuando el padre Antonio, fue retirado por su orden religiosa de la parroquia, un vacío quedó, se fue así como llegó, sin avisar, porque a él no le gustaban las despedidas.

A las pocas semanas, llegó un hombre alto, algo formido, de mirada serena y vestido con un traje que parecía lo había usado por mucho tiempo, sus zapatos con polvo del camino recorrido y su hablar pausado.  Era un sacerdote diocesano de origen italiano, que recién había sido nombrado párroco.  Ya hacía varias semanas que diferentes sacerdotes llegaban a dar las misas y el siendo el párroco, prefirió que siguiera siendo así, se sentaba atrás y te daba la bienvenida y pocos sabían que era el nuevo sacerdote y párroco.  Hasta que un día se puso la sotana y fue el quien dio la misa.

Así era padre Vidal, nunca le gustó llamar la atención y menos recibir reconocimiento alguno, pues como el decía, yo solo soy un obrero y la obra es del Señor.

Cuando alguien se acercaba para ofrecer una ofrenda, con mucha humildad y educación le pedía que la depositara en el ofertorio, pero si alguien se le acercaba para decirle que quería servir en la parroquia, lo abrazaba y se sentaba y se tomaba todo el tiempo del mundo para escuchar.

Tuve el privilegio de trabajar con él, en varios asuntos de la parroquia y en ese tiempo me pidió que escribiera, sobre lo que pudiera recordar de los inicios de la parroquia, así como de su predecesor. Pero en esos días la preparación para el examen privado y la tesis, así como mis compromisos laborales, me lo impedían. 

Tengo muchas cosas que podría contar de este hombre de Dios, pero entre las que recuerdo con más alegría, esta, esa vez que lo invitamos a comer y no llegó, sino hasta el siguiente día y al verlo en la puerta le dije: -Padre porque no vino ayer, si le habíamos preparado algo especial, y el respondió: - Viejo si lo especial para mí es que me hayan invitado y además yo quiero compartir de lo que comen día a día…

El último domingo que estuve en Guatemala( ante un viaje imprevisto, del que pensé pronto regresaría) me fui a despedir y a pedir su bendición , él me dijo: -Viejo, espero que regrese pronto, recuerde que tiene que escribir lo que le pedí y además hay mucho aún por hacer, pero si Dios lo quisiera en otro lugar, El no se equivoca, pero escríbame. Me abrazó y me dijo, vaya con Dios y en ese momento recordó, cuando conoció a la madre Teresa de Calcuta y me dijo nuevamente: -Viejo, ojalá algún día usted camino junto a un santo, viera cómo edifica la vida, yo le repliqué: Lo sé, yo he caminado junto a usted.

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