martes, 28 de diciembre de 2021

“Los bomberos en la Colonia”


 “Los bomberos en la Colonia”

(Una breve reseña)

Cuantas emergencias han atendido, cuantas vidas han salvado, son huellas que duermen bajo el polvo del pasado, pero son tesoros del cielo, que aquí en la tierra se han acumulado.






En el anonimato de sus buenas acciones, de su entrega y sacrificio se construyó el edificio que hoy los alberga... Pero las cosas no siempre fueron así.  En los inicios de la Colonia, no había un centro de salud, ni una estación de bomberos, pues la más cercana era la de los bomberos de la Florida, que no se daban a basto para atender a varias colonias y el hospital más cercano era el Roosevelt.









En la Colonia, como en cualquier barrio y ciudad se daban esas emergencias y urgencias, y más en las fiestas de fin de año(por quemadas, accidentes etc). Viendo esta necesidad, unos vecinos, hacen contacto con los dos cuerpos de bomberos que existían, para ver la posibilidad de crear una sub estación en la Colonia. Con los bomberos municipales se da la disyuntiva de que las Colonia tenía la ambigüedad de no saber si pertenecía al municipio de Mixco o al de la ciudad, por lo cual no fue posible. Pero fueron los bomberos voluntarios, los que con más buena voluntad y fe, que recursos, decidieron  crear una pequeña estación de auxilios, en la casa que alguna vez, fueron las oficinas del INVI(instituto nacional de la vivienda, después Banvi), ellos cedieron temporalmente aquella casa de esquina ubicada en la 5 avenida A y 11 calle en la cual empezaron a funcionar, atendiendo pequeñas emergencias y cuando se necesitaba trasladar a una persona al hospital, lo hacían en un carro particular o se comunicaban con los bomberos municipales de la Florida. Así sin recursos, pero con la convicción de crear aquí una estación, iniciaron y nunca claudicaron.


Fueron un par de años después, luego de una serie de solicitudes, que finalmente las autoridades del Bambi les conceden un terreno frente a unos de los barrancos(en ese tiempo área verde) en la 5 avenida y 21 calle y a partir de allí se instala formalmente la tercera compañía de bomberos voluntarios. Quienes, aparte de sus labores bomberiles, realizan rifas, colectas y diversas actividades, para hacerse de los fondos, para comprar equipo, así como ir construyendo un edificio formal, pues en sus inicios era un poco más que una galera.


Poco a poco, se van haciendo del equipo y se compra un pick up que se acondiciona para que sirva como ambulancia.


Han pasado los años, hoy se cuenta con mejor equipo y un edificio formal, pero las urgencias y necesidades siempre exceden la capacidad con la que se cuenta, por eso necesitan de nuestro apoyo constante, pues nunca se sabe si seremos nosotros los que necesitemos de ellos.

Oxwell L’bu copyrights 2021

#Bomberosvoluntarios

Nota: La presente reseña, no pretende ser un documento histórico, dado que carezco de datos bibliográficos, así como de fechas exactas, pues lo presente es producto de mis memorias, para honrar las memorias que quienes nos han servido.

sábado, 25 de diciembre de 2021

“Aquellas navidades en mi barrio”


 “Aquellas Navidades en mi Barrio”

(Reseñas de la colonia)



En aquel barrio feliz, de calles sencillas y casitas todas iguales, Navidad no era un día, pues se extendía durante todo el mes… No eran los regalos o las fiestas las que la hacían memorables cada Navidad, era ese espíritu de pertenecer, a una “Gran Familia” donde la alegría se celebraban en común y las penas y tristezas se compartían, todos conocían a sus vecinos, nadie se miraba como extraño, pues tenían y compartían ese pedacito de cielo…



Cada día era de celebración, por la amistad, por las cosas sencillas que vuelven cada momento inolvidable…Los patojos jugando por las calles, los muchachos tirando racimos de flores con sus palabras a las chicas que caminaban por las calles, otros pintando las fachadas de las casas, las mamas preparando el ponche y los tamales, la pierna, el lomo relleno y todo aquello que le da ese sabor a la “Navidad Chapina” que se añora en la distancia.



En las calles se sentían en una mescla deliciosas, los aromas del pino, la manzanilla y el incienso, en los jardines repletos de flores, cual si fueran niñas sonreían las pascuas, alguno que otro canchinflín revoloteaba silbando al aire la alegría de los patojos. Unas semanas antes de la noche buena, en las cuadras empezaba la colecta de casa en casa, para comprar el pino y los adornos para decorar la cuadra; también se empezaba a organizar los diferentes “Repasos” o fiestas de Navidad y de fin de año, que se hacían en las principales calles de la Colonia. 



La semana de la navidad, casi todas las calles se vestían de fiesta, con flecos de colores que colgaban por sus calles y que cuando los tocaba el viento parecían estar bailando, las aceras de las calles pintadas con motivos navideños que solían durar algunos mese s, hasta que llegaban las lluvias y los iban lavando. 






Llegado el 24 de diciembre, las casas parecían transpirar los aromas de la “Navidad Chapina”, los patojos pasa que pasa en la cocina, metiendo los dedos en la masa de los tamales o robándose los pedacitos de fruta para el ponche y allí estaban las mamas, sacándolos de la cocina. Las chicas probándose una y otra vez el estreno de navidad y ensayando su mejor sonrisa frente al espejo, mientras por la cornisa se les resbalaba la coquetería…Los muchachos ensayando sus además y pasos de baile o conversando en las esquinas, los papas aprovechando el descanso, para reconocer la casa de donde muchas veces eran los grandes ausentes por ese exceso de trabajo, al que los sometían sus obligaciones, pues esta vida con sus contradicciones ,les consumía el tiempo trabajando para darle a los suyos lo que ellos no tuvieron.




Para eso de las seis de la tarde todos se peleaban para ser los primeros en bañarse y luego estrenarse la ropa nueva, las mamas se plantaban en la cocina para no dejarlos entrar, pues deberían de esperar hasta el momento de la cena, los cohetillos se dejaban escuchar, esos aromas dejaban en el paladar un sabor que nunca en la vida se habría de olvidar…



Las calles se empezaban a cerrar, en la “Isla” y Octava avenida se preparaba la disco rodante Black Machine, en la 5 avenida y 18 Happy Disco, en la 20 bajando hacia el mercado Caribean Disco, y en otras calles y avenidas Music Power, total era que a lo largo y ancho de la Colonia la música vibraba en las calles y en los corazones, con canciones que marcaban una época y que con el tiempo embriagaban las memorias con nostalgias.



Aquella noche no faltaba quien despidiéndose (momentáneamente, pues se volverían a ver en poco más de una hora) de la novia, le dieran las doce de la noche, para luego salir volando entre cohetillos y canchinflines para estar en casa y dar el abrazo a la familia. Y como olvidar al padre Antonia Travadelo y sus misas de gallo, que te forzaban a estar hasta 5 minutos antes de las doce en la iglesia, pues como él decía: -No hay mejor lugar para celebrar que en la casa del “Nino Rey”.



Al dar las doce entre abrazos efusivos, aquel tronar de cohetillos, de mas, de media hora, la veladora y el incienso frente al nacimiento elevando una oración, para luego ir de casa en casa regalando abrazos y comiendo un poquito, para luego llegar a casa casi lleno, los patojos destapando sus regalitos, los papas mirándolos llenos de alegría y esperanza, los abuelos recordando con añoranza… Y en una mescla de aromas, sabores, colores y ese calor de la gente, era sentir como el amor de Dios se ha volcado en las calles en noche buena. 



En la cena de navidad, no faltaban los brindis mesclados con las oraciones, los cantos, las canciones y un cumulo de emociones, que hacían que aquellos aromas y sabores se vuelvan inolvidables y marquen la vida. Pero una vez acabada la cena, los patojos se ponían a jugar y a quemar sus cohetillos, los muchachos de vuelta con la novia, las muchachas ensayando sus sonrisas y la música dispuesta para todos los invitados o no a la fiesta. En aquella noche que todos deseaban que fuera eterna, nacían nuevos amores, crecían nuevas esperanzas y las alegrías eran rosarios compartidos de todos aquellos años vividos.






Al día siguiente, que era mañana de desvelados, los patojos salían desde temprano con una bolsa en mano, en busca de los cohetillos que no habían reventado, para luego armar sus guerritas de cohetillos y canchinflines, donde más de alguno pagaba el precio, por ver con desprecio el poder de la pólvora… Los mayores despertaban un poco más tarde a repetir lo de la cena y alguno que otro muchacho preguntándose si lo vivido la noche anterior, no sería un sueño. No faltaban los repasos del día de navidad en la casa de algún vecino.




Aquellas navidades del barrio, se hicieron inolvidables, NO por el exceso y abundancia, si no por ese espíritu de compartir…Se quedaron impregnadas en el alma, por el aroma de esos recuerdos que son recurrentes cuando te recuerdas y te parece que fue ayer.

Oxwell L’bu copyrights 2012

#Navidad

miércoles, 22 de diciembre de 2021

“Mi amigo Nelson”


 “Mi amigo Nelson”
Nelson Vinicio Morales Romero, le conozco desde niño, fuimos compañeros de escuela, en aquella clase inolvidable, donde escribimos historias imborrables...


Más de una vez nos fuimos de capiusa a jugar con un balón que despertaba en nosotros una pasión.  Futbolista de los buenos, que dejó garra y sudor en las canchas de fútbol, deportistas incansable, que siempre te saluda efusivo y amable.



Nelson fue de los que se quedó y vive en la Colonia, no como un espectador, sino como un actor que busca hacer la diferencia en ese pedacito de cielo que nos vio crecer y en el que conocimos la felicidad.



De espíritu emprendedor, pero no solo para la ganancia económica, sino también para servir y ayudar en su comunidad, esos son los vecinos que en verdad mantiene esos lazos de solidaridad.

Yo me honro en contar con su amistad y ver cómo su espíritu sigue creciendo, sin que vaya disminuyendo su cordialidad.
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#Miamigo

domingo, 19 de diciembre de 2021

“Cuando Santa llegó a la Colonia”


 “Cuando Santa llegó a la Colonia”

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí». Entonces los justos le responderán, diciendo: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? ¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?». Respondiendo el Rey, les dirá: «En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.  Mateo 25:35



Han pasado los años, desde que aquella primera generación de niños creció y jugó, en lo que fue su campo de recreo, las calles y callejones de la Colonia.




Cuando llegaba diciembre las calles, literalmente se pintaban de alegría, ese popurrí de aromas(pólvora, pino, ponche, tamales etc) en todos los callejones se sentía y cuando decían que Santa llegaría a la Colonia todos los niños corrían al punto de reunión.  No eran los regalos que se recibían( que usualmente era un bolsita de papel café con dulces) lo que en realidad daba felicidad, era esa hermandad que entre los niños de la Colonia existía.



Hoy que el tiempo, corre tan a prisa, alguien detuvo su camino y encontró su destino... Yo lo vi crecer, yo jugué con el y más de una vez tuvimos riñas tontas, pero la amistad y hermandad permanecen; hoy veo como ha dejado a un lado, su comodidad, la posibilidad de obtener ganancias económicas a travez de su trabajo, pues mandó eso al carajo, y se vistió de papá Noel, para que surgieran en el esos sentimientos nobles que ha convertido en acciones de amor.



Si, Santo Close, no solo llego a la Colonia, vivió y creció en la Colonia y desde ese pedacito de cielo, que fue para nosotros ese suelo, ha querido llegar, para llevar a los más necesitados de nuestro país un trocito de alegría, un sol de esperanza y sobre todo el espíritu de la navidad, que es la solidaridad. 

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PD Mynor Fernandez Jesús no solo nació en tu corazón, se quedó en el.

viernes, 17 de diciembre de 2021

“Una cruz en el horizonte”


 . “Una cruz en el horizonte”

En invierno o verano, tarde o temprano, de cerca o de lejos allí está, esa pequeña cruz en la inmensidad del horizonte.


Cruz de esperanza, cruz que con su luz señala el camino... Como si fuera la cúspide de una montaña, en esa cúpula azul se plantó esa cruz, cruz que parece inalcanzable, intocable, pero se puede tocar y alcanzar desde dentro, donde la fe le pone alas al angel.


Esa cúpula azul, que estuvo más de un invierno, como enraizada al suelo, justo en el estigma que dejó, la naturaleza aquel 4 de febrero, un día se elevó y quizás no tocó el cielo, pero nos hace recordar, que con fe, ingenio y perseverancia, lo que hoy nos parece imposible se puede.

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Foto: Elder CamHer

#ParroquiaJesusResucitado

martes, 14 de diciembre de 2021

“De las guerras con canchinflines”



“De las guerras con canchinflines”
Si, lo debo de confesar,
que más de una vez, 
tuve que participar,
en esas batallas a campo
abierto y al descubierto.

Donde se escuchaban 
los silbidos,
así como los ahuidos 
de los perros,
mientras una chispa
atravesaba el espacio.

Y así sin advertencias
y con cínica provocación,
uno actuaba en legítima 
defensa y se armaba
con su arsenal de canchinflines.

Se me subía la adrenalina
y cómo buen guerrero,
le hice frente al grupo entero
y les lancé mis canchinflines,
algunos en pleno vuelo explotaron,
otros en el blanco acertaron.

Los agujeros en mi estreno,
son prueba contundente,
que los enfrente con valentía,
que nunca me rajé,
a pesar que no fui yo el
que dicha guerra en la cuadra
provoque.

Hoy de dichas batallas,
solo queda el recuerdo,
la sonrisa picarona
y el honor de saber,
que participé en las
guerras de los canchinflines,
que bailaban como delfines,
en el océano de nuestra alegría,
aunque algunos lo vean con apatía.
Oxwell L’bu copyrights 2021
#canchinflines


 

lunes, 13 de diciembre de 2021

“La sexta avenida donde caminamos”


. . “La sexta avenida en la que caminamos”

Las luces de neón, con las luces y motivos navideños, creaban una sensación de emoción, cuando caminábamos por la sexta.


Los vientos fríos de diciembre, traían a la muchachada, ese deseo de vitrinear  y por la sexta pasear, los centros comerciales eran contados y no poseían el encanto de la sexta, pues allí había de todos, para todos, pero sobre todo ese ambiente navideño, que era inolvidable.


Y lo más probable era que allí, te encontraras a esa chiquilla caprichosa, que era escurridiza como una mariposa y allí surgía la oportunidad de hablarle y quizás invitarle, al cine Lux o al capitol y luego ir a comer una hamburguesa de Wimpy o una mixta a la Frankfurt.


Más de una vez, uno se solía encontrar a una chica conocida en los almacenes y boutiques, como Miserimos, Keops y Kefren y gracias a esa amistad se conseguía un descuenta al comprar alguna prenda o solía suceder que al ir a comprar, atendiéndote conocías a la chica de tus sueños.


La sexta de los sesentas, setentas, ochentas o noventas, era la misma de ahora pero con un toque diferente, ese que le da la gente, cuando busca compartir, cuando la mueve no solo comprar, sino también celebrar la vida.

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Foto: Héctor Gaitán Alfaro

#Lasextaevenida

“De dar jalón a ruleteros”


 “De dar jalón a ruleteros”

Aquel 4 de febrero, luego del sismo que sacudió al país, la ciudad amaneció desolada y con muchos buscando una forma para poderse transportar...


Por diversas razones, el transporte tanto urbano, como extra urbano, se vio mermado luego del terremoto; pero la gente necesitaba transportarse, ya fuera por ir a sus negocios o ver cómo estaban sus familiares, pues las líneas telefónicas también eran escasas.


Aquello, hizo que, quienes poseían un vehículo automotor, le dieran un “jalón” a quienes se transportaban a pie, quienes poseían un microbús o un Pick up vieron aquí la oportunidad de dar un servicio que se hizo vital y a la vez hacerse de una ganancia económica.


Al principio fue así, incluso cuando se normalizó el transporte, la oferta no satisfacía la demanda y  los llamados ruleteros siguieron funcionando, con la molestia de los transportistas pues aducían a que era una competencia desleal, pues ellos pagaban por circular y los llamados ruleteros no.  Por lo que la municipalidad tomó cartas en el asunto y estos también se organizaron(es de mencionar que muchos que estaban en el negocio del transporte urbano, también tenia unidades de ruleteros funcionado) así fue que un par de años después, los ruleteros eran empresas de transporte funcionado.


El atractivo de los ruleteros, era que eran más rápidos, por su versatilidad para moverse en el tráfico y buscar rutas alternas y para los jóvenes, que casi siempre tenían buena música sonando, aunque el precio era más caro, las camionetas en ese tiempo cobraban 10 centavos y ellos 15.


El nombre ruletero, fue acuñado desde el principio dado, que poder abórdalos era como jugar a la ruleta, asunto de suerte.

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#Ruleteros

“Reflexiones navideñas”


 “Reflexiones navideñas”

En una sociedad, que busca balancear su amor por el dinero y las posesiones, con el amor y fe que dice profesar a Dios, como se puede en verdad vivir la navidad...


Si, celebramos la navidad, hacemos fiesta y dejamos fuera al celebrado; nos endeudamos por comprar y regalar al mundo entero, pero olvidamos el presente para el cumpleañero. Buscamos felicidad, en donde es efímera, porque tarda lo que tarda la emoción.


Y las redes y la televisión, nos venden, ya sin sutileza, lo que para el consumismo es la navidad, una temporada para comprar y nos muestran un árbol bellamente decorado, rodeado con regalos envueltos en papel fantasía y personas que fingen alegría. 


Y en verdad, quien recorriendo su pasado, puede decir, que sus navidades han sido inolvidables por los regalos recibidos.  Cuando en verdad, lo que la hacen inolvidable es lo compartido y vivido, con los amigos y los seres que amamos. Solo quien hoy ve en su mesa uno o más lugares vacíos puede comprender, que el regalo más hermoso y sublime es el de la presencia.


Si, buscando en el baúl de los recuerdos, siempre el pasado nos puede parecer que fue mejor, pero es un error, porque con lo aprendido hoy puede ser el mejor... Y si hemos de hurgar en el pasado,que sea para sacar las lecciones aprendidas y ponerlas en práctica, para rescatar lo que puede ser rescatado y ser un mejor ser humano.


Ojalá, volviéramos a lo esencial, a lo sublime de la sencillez y dejarnos de ser frívolos y arrogantes en el nombre de dios... 


En el barrio donde crecí, en el tiempo de navidad, los niños iban a los barrancos y cortaban una rama del llamado chirivisco( que ojo, muchas veces te dejaba piquetes en la piel) y con alegría, lo llevaban a su casa, luego de ponerlo a secar, lo pintaban de plateado, lo colocaban en un bote vacío de pintura con  piedras, el cual forraban con papel de China, lo adornaban con frutas, le ponían una serie de lucitas de color( que eran eternas, porque si se dañaban se reparaban) y debajo de el se solían colocar, el regalo más preciado  de la navidad, las imágenes de barro, que evocaban el nacimiento del Redentor, el que nos enseñó, que el regalo de la navidad es el Amor.

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#Arbolnavideñodechirivisco

domingo, 5 de diciembre de 2021

“Mi amigo René”




 “Mi amigo Rene”

El entusiasmo es la chispa que prende y de la cual se desprende esa luz que le pone color a la vida...



René Alvarado, es uno de esos personajes en la Colonia, ha dejado huella... Si huellas quizás en el anonimato, más no en el olvido.  Ya que el fue de los  primeros (pues no puedo asegurar que fue el primero) que junto a aquella patojada  de la 5 Ave D y 16 calle iniciaron esas tradición de adornar las calles y pintar las banquetas con motivos navideños al inició de diciembre y de allí esa tradición se extendió a otras cuadras a otros callejones y hasta nuestros días se mantiene.



Amante de la música, siempre andaba con discos(los que hoy se han dado por llamar acetatos) cuál si fueran libros bajo el brazo, con los cuales amenizamos más de un repaso.


Se especializó en sonido y cuando yo estudiaba ingeniería, el me suplía con dispositivos electrónicos para los laboratorios y con el pude asistir a conciertos y conocer a artistas frente a frente, como Los Timbiriche, El puma, ente otros.


Recuerdo los repasos en la casa, de la sala hicimos una discoteca con bolas de espejos y reflectores de colores en el perímetro, dibujos fluorescentes del Kiss y casi montamos una cabina donde poníamos la tornamesa  en forma de platillo volador, todo más con ingenio que recursos. A aquella cabina la llamamos Destroyer Disco y años después se transformó en una de la primeras discos rodantes de la Colonia la “Black sheep” que en más de una ocasión  le dio sonido a las guirnaldas de adviento que celebrábamos en las calles con la comunidad Camino Verdad y Vida de la RCC perteneciente a la parroquia Jesús Resucitado.




Y se preguntarán porque llamo así a su disco 💿 y la respuesta, podría ser esta: Black sheep traducido al español es la oveja negra, esa de la que habla Jesús en el evangelio y un canto que siempre a tocado su ser “Eran cien ovejas” mi amigo siempre decía y se sentía esa oveja que el Buen pastor salió a rescatar y por eso no es de extrañar, la entrañable amistad que siempre tuvo con el padre Antonio Travadelo.


René, un hombre más que entusiasta, un hombre con espíritu de celebración, porque eso debe ser la vida, una celebración constante por las bendiciones recibidas.

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#Amisamigos

miércoles, 1 de diciembre de 2021

“El canchinflin de la discordia”


 . “El canchinflin de la discordia”

Los canchinflines era algo así, como cuando los amigos, pasan chiflando por tu puerta y sabes que es hora de salir.  Cuando por las calles se empezaban a escuchar, uno sabía que estaba cerca la navidad...


Su silbido inconfundible, era indiscutible, cada diciembre; nunca faltaron las guerras que armaban los patojos en los callejones o de banqueta a banqueta; nunca faltó el inocente, que sin estar participando, recibiera una quemada en el pantalón.


Pero pasaron a hacer la manzana de la discordia, algunos lo celebraron otros lo lamentaron, más lo cierto es que siempre abren discusión.  En el 2005 a raíz de la tragedia ocurrida, en el asentamiento Santiago de los caballeros en zona 6, para una noche buena, las autoridades prohíben su uso y venta; sin embargo su comercialización no se detuvo.  En noviembre del 2007, tras el incendio en el mercado de la Terminal, vuelven a ser tema de debate. Ya la corte suprema por aquellos días había levantado la prohibición, pero a raíz de este hecho es la corte de Constitucionalidad, la que prohíbe en forma definitiva su uso y comercialización.


Y sin embargo de vez en vez se siguen escuchando, siguen volando y silbando por nuestras calles, para alegría de los patojos y enojo de la autoridades.


Quién no tiene una anécdota con los mentados canchinflines, quien no tiene una historia que contar, desde que por accidente intencionado te quemo el pantalón recién estrenado o te hicieron correr como nunca, justo cinco minutos ante de las 12 en plana noche buena o Año Nuevo.

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#Canchinflines

martes, 30 de noviembre de 2021

“Nostalgias diciembrinas II”


 . “Nostalgias diciembrinas II”

Antes que el paseo de la sexta se adornara de banqueta a banqueta con luces de colores al llegar diciembre, los callejones de la Colonia se vestían de fiesta, allá por los años ochentas...


El viento frió de diciembre hacia, que los flecos de colores se movieran y emitían un sonido muy particular, que se escuchaba al pasar por los callejones. El aroma de la pólvora de los cohetillos se deja sentir, es que la navidad se dejaba venir, con sus tradiciones y la alegría de los patojos de estar de vacaciones.


Diciembre en la Colonia, era vivir en medio del frió, la calidez de los amigos reunidos en la esquina, escuchando música en una grabadora portátil, era ver a las chicas, con ese aire de flor cerrada por el frió que las hacía lucir más bellas. Así como también andar de viernes a domingo en los repasos improvisados que se hacían en las casas, con los tocadiscos de aquella época que eran las discotecas estacionarias de la muchachada, buscando un lugar no solo para bailar sino también para compartir esas cosas que no se olvidan.


Diciembre en la Colonia, eran las posadas con ese sonido inconfundible de la tortuga, los pitos y los chinchines que acompañaban a los peregrinos de casa en casa.


Y cómo olvidar las guirnaldas los domingos, con ese toque evangelizador, pero también de fiesta ante la espera del nacimiento del Redentor.


Si, hay un aire de nostalgia al recordar, que se cuela hasta el alma, como el frió de diciembre... Nostalgia que no es de tristeza, sino más bien de añoranza al hacer remembranza de todo lo vivido.

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#Navidadenguatemala

“Las navidades en la casita”

"Las Navidades En La Casita"
Suspira mi alma evocando aquellos recuerdos, que le dan vida a está vida...Fueron momenos sencillos pero significativos, llenos de ese encanto que es como un aroma que se siente a la distancia.

En aquel barrio de casitas iguales, en esa península incrustada en el área metropolitana, la vida era una fiesta donde la vida te sorprendía cada día. .. En aquellas calles, era tan fácil encontrarse con la alegría, la mano de un amigo, la mirada de una doncella, ese beso de ilusión que alborota el corazón.

Las fiestas de fin de año, tenían su toque tan particular, las casitas al igual que las cuadras se empezaban a adornar la semana de navidad, se pintaban las aceras de blanco y los pisos con motivos navideños, de casa a casa se tendían flecos decorativos en toda las cuadras, que al caminar por ellas se tenia la impresión de estar caminando en un salón de fiesta.  

Por esos días el olor a pólvora envolvía las calles, los cohetillos explotando, los canchinflines volando y los patojos retosando de aquí por alla; los enamorados tomados de la mano escribiendo historias de amor.

Llegado el 24 de diciembre en muchas de las calles se ponía ramas de pino en el piso, el aroma se dejaba sentir, junto al olor de los tamales y el ponche que se escapaba de las cocinas, todo eso con la alegría de la gente, escuchando música navideña.  

Aquellas navidades en las casitas, estaban llenas de cosas tan sencillas pero llenas de significancia, un nacimiento o pesebre hecho con aserrín de colores, musgo, cañas, flores de pascua y rosarios de mansanilla, con figuras hechas de barro coloridas, en torno al cual se resaba y se quemaba incienso.También se solía colocar el árbol navideño, el cual a diferencia de los árboles pintados por las postales navideñas, ya que se trataba de la rama de un árbol la cual se pintaba de platiado, se le colocaban lucesitas de colores y adornos navideños; las casas solían estar repletas de esa flor tan chapina, propia de la epoca, que luego a sido es portada a todo el mundo, la flor de pascua.

Llegadas las doce el compartir la cena navideña era algo tan familiar,  pero donde siempre había un lugar para alguien mas... Se compartía el tradicional tamal, el ponche y algún otro platillo como la pierna de puerco horneada o el pavo preparado entre otros.

Las navidades en aquellas casitas estaban llenas de encanto, no eran los juguetes recibidos o el menú de las cenas compartidas, era más bien ese compartimiento, esa puerta abierta a todo el que quisiera compartir, era el sentir familia a los de la cuadra. 
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“Nostalgias diciembrinas I”

.. "Nostalgias Diciembrinas"

La navidad evoca y me provoca, quererme embriagar, con el vino de las nostalgias, de aquellos momentos, que no volverán, pero que han dejado esa dosis de alegría que perdura por años.

No, no es que viva anclado al pasado, ni que no sepa vivir y ver las bendiciones del presente, lo que sucede es que aquellos momentos en mi corazón y mente por siempre vivirán. ..

Llega diciembre y los aromas crean fantasmas que se cuelan por la nariz y buscan su rumbo al corazón, esos aromas a pólvora de los cohetes que quemabamos de niños, el aromas de los tamales y del ponche o el perfume de las doncellas que como rosas primorosas, se paseaban por el jardín de los anhelos. 

En aquel rinconcito del cielo, esperar la navidad, era vivirla día a día, era escuchar a mi madre aquella canción a todo pulmón  y que cada vez sonará diferente, era encontrarse con ese reflejo de luz de sus ojos color aceituna los cuales fueron mis estrellitas desde la cuna, era leer el verso más hermoso y sublime, en su sonrisa. 

Dicen que se extraña sólo lo que  en realidad se ama y se añora lo que nunca deja de ser parte de la existencia y aquellas vivencias siguen siendo parte de mi vida, ya que sin ellas,no sería lo que soy y de alguna forma son parte de mi actual vivir, pues de alguna forma cobran vida y se proyectan en lo que vivo. 
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Foto Walter Orlando Rodas Pacheco
#Navidadenguatemala

domingo, 28 de noviembre de 2021

Agradecido con la vida...


 . Como, no he de sentirme agradecido con la vida, si crecí en una colonia donde las calles eran nuestros campos de recreo y al llegarme la adolescencia, allí viví esa impaciencia esperando ese primer amor…Si fue allí donde echaron raicees mis ideales…Como no sentirme agradecido, si también crecí y camine por las calles donde camino Miguel Ángel Asturias, el hombre que escribió con el brillo de las estrellas y plasmo en papel el sentir, la idiosincrasia y la identidad de mi gente.

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jueves, 18 de noviembre de 2021

“Una carta a mi maestra”


 “Una carta a mi maestra”

Con alegría y respeto, me dirijo a usted y a todos aquellos, que tuvimos la bendición, de que Dios la pusiera en nuestro camino, cuando esté apenas empezaba.


Se que las palabras son insuficientes, ante el caudal de sentimientos, que brotan al evocar, aquellos años en la escuela, en las que usted fue nuestra maestra, nuestra guía.  Cuando recibimos de usted, más que números y el alfabeto, lecciones de vida, que hasta nuestros días, siguen guiando nuestros pasos.


Yo quisiera tener los versos de un poeta, para expresarle de manera sublime, todo lo que usted significó en mi vida y como supo guiarme para dar lo mejor de mi. Yo quisiera poder estar frente a usted y ofrecer, una flor que iría impregnada de amor, pero estoy lejos y distante, por eso de esta manera, le envío tulipanes, esos que yo cultivo en el jardín, no solo para que adornen su fotografía, sino para que con elocuencia, le expresen lo que mis palabras no consiguen decir.


Gracias por todo lo que recibimos de usted, por ser nuestra maestra inolvidable, por ser ese punto de referencia que con amor y paciencia nos compartió su sabiduría.


Y no, no me quiero despedir y más cuando le tengo que decir: Feliz cumpleaños, que Dios bendiga a la mujer que un día la trajo a este mundo, para ser luz para tantos niños que como yo, un día buscamos nuestro lugar en este mundo.


Miguel Oswaldo D’Leon

P.D. Ante la vida y ante usted, tengo una asignatura pendiente.

domingo, 14 de noviembre de 2021

“Canela fina”



***Canela Fina**
El Papa:
No te fijes en él,  
que es pegajoso como
la miel.

La madre:
Ese  es más empalagoso
que un pastel…
No te fijes en ese aborto
del infierno…
¡Ay! No lo soportaría
como yerno.

La abuela:
No hace falta ir a la escuela,
para estudiar psicología,
luego, luego se ve que ese
joven es peor que una ladilla.

El Hermano:
Qué bueno puede haber
en ese desastre…
A ese roto no lo remienda
ni un buen sastre.

Don Chepe el de la tienda:
Ese patojo no es de fiar,
que si una se descuida
le quita el calzoncillo, 
sin tocar el pantalón.

Doña Conchita:
Árbol que nace con las
raíces fuera de la tierra,
aunque se marchite,
nunca asienta cabeza.

Una amiga:
¡Guapo! Ni que hablar,
que si no lo quieres.
aquí en este rinconcito
hay lugar.

La rival:
Qué más quiere ese pavorreal,
si ha ese instinto animal,
esta hembra lo va a domar.

La señora de las tortillas:
Tan tierno el maíz
y ya se pudrió…
Sera que el sentimiento
se le murió.

El susodicho en cuestión:
Frente al paredón me lanzan,
sus letanías y maldiciones,
Pero es pura envidia  de
esos mamones…
Y las puritanas se quedan
hablando y con las ganas.

La susodicha enamorada:
Sera canela fina y todo lo demás…
Y no hablo por capricho es que
ese susodicho es el dueño
de mi corazón.
Oxwell L’bu Copyright © 2011


 

“La tele de todos...”


 "La tele de todos"

Se sentaba frente al televisor y empezaba a zapear, matando el tiempo...A veces en la sobre abundancia, se pierde el encanto, de aquello que tanto se deseó.


Han quedado atrás aquellos años, en que solo habían 3 canales de televisión, en los que sólo uno o dos hogares en la cuadra tenían tele.  Esos tiempos cuando era una bendición, que te dieran permiso de ver, un programa de televisión.


Aquello más que una limitación era una estupenda ocacion, para compartir con los cuates de la cuadra. Aquellas reuniones eran una fiesta, donde la orquesta, eran las risas de los patojos, que como piojos, se sentaban en torno al televisor...


Quien no recuerda a don Migue, a don Max o a a ese señor a todo dar, que nos invitaba a su hogar y su señora, dándonos la bienvenida, con la advertencia ¡Patojos no me vayan a ensuciar! Sino no los volvemos a invitar.


Como olvidar aquellos primeros amores de televisión, que no eran más que una boba ilusión  o aquel suspenso y emoción de chiquillo, viendo aquella película o la serie de moda y justo cuando estaba de lo mejor,  venía el apagón, que usualmente dañaba alguno de los tubos y nos dejaba sin televisión, por un mes.Entonces la sala volvía a estar vacía y las calles llenas de patodos retozando, hasta que un día, alguíen gritaba a todo pulmón ¡Ya arreglaron la televisión!

Oxwell L’bu Copyright © 2017

jueves, 4 de noviembre de 2021

Crecí...

 *Crecí en una colonia de gente trabajadora, de casitas sencillas en un inmenso campo de recreo… Viví rodeado de cosas comunes pero significativas, fui feliz no por lo que tenia sino por lo que compartía.

martes, 2 de noviembre de 2021

“En noviembre, Interfer”


 “En noviembre Interfer”

Cuando se sentía ese frío rico de noviembre, cuando el ciclo escolar había terminado y parecíamos como gatos en el tejado; cuando Abdon Rodríguez Zea nos narraba con ese su estilo tan particular la serie mundial de Béisbol,  y en la televisión y la radio se dejaba escuchar el jingle publicitario: 

                     En noviembre, interfer 

                    todos juntos, interfer,

                    está esperando por usted...


Interfer  una feria internacional e industrial, que por iniciativa de algunos empresarios empezó en la ciudad de Guatemala a principios de los 70’s, teniendo como escenario el parque de la industria. A dicha feria se daban cita empresas locales, de diferentes países del continente, así como europeas y asiáticas, mostrando los últimos avances en cuanto a tecnología y sus productos.  Era una feria para aprender sobre nuevos productos y procesos, así como también para vender productos novedosos e innovadores. Pero dicha feria, también también ofrecía espectáculos y entretenimiento.


Y así, se podía ver al caer la noche, los llamados juegos mecánicos bien iluminados, como la rueda de Chicago, el pulpo, el ratón loco entre otros. Los principales restaurantes de la capital también tenían sus restaurantes montados en un área determinada y en la concha acústica se daban cita artista nacionales como internacionales;  este fue uno de los escenarios donde se dio a conocer, el famoso grupo Rana 🐸.


Por todo eso, Interfer era un lugar que había que ver, un lugar recurrente cada mes de noviembre, al punto que llegó a ser parte del calendario pre navideño de la época. Interfer aparte de novedoso, era un lugar para ir a comer y compartir con los amigos; para los niños era ver los juguetes más novedosos y para la juventud, esa excusa para salir en grupo de casa, compartir con los amigos, conocer nuevas muchachas y pasar momentos inolvidables en un ambiente sano y seguro.

Oxwell L’bu copyrights 2021

#Interfer

domingo, 31 de octubre de 2021

Elida Urzua de Franco


 Se que muchos la recordarán,

como su maestra o su vecina,

Elida Urzua de Franco

Escuela Darío González jornada matutina 

descanse en Paz.

viernes, 29 de octubre de 2021

“Cesar Augusto De León López”

“Cesar Augusto De León López”
A más de un año de su partida, no le pude dar despedida, no porque no tuviera nada que expresar, sino porque a veces, uno no sabe cómo los sentimientos akilatar...


A  cesar lo conocí, desde niño en esa escuelita, donde empezamos a soñar despiertos, esa que alguna vez también se nos hizo un dolor de muela, pero donde al final escribimos momentos maravillosos y llenos de sencillez y belleza.

Al terminar la primaria nos separáramos, pero siempre que nos encontramos, teníamos mil cosas por platicar.  En nuestros años universitarios, siempre en carreras, siempre con asignaturas por cumplir, algunas veces logramos coincidir.

Cesar era alto desde niño que parecía un gigante, fue de esos que dejó garra y sudor, en las canchas de basquetbol de la Colonia, pero sobre todo su trato amable y su amistad.


No volvimos a coincidir por esas cosas de la vida, sabía que era doctor y que en sus años de estudiante más de una vez fue a atender a algún vecino que lo necesito.  La generosidad de su corazón, siempre estuvo presente y eso estoy seguro lo llevan muchos en el corazón y la mente.
Oxwell L’bu copyrights 2021


 .

jueves, 28 de octubre de 2021

“Y volar un barrilete”


 “Y volar un barrilete hasta el cielo”

Quién no tiene ese anhelo, de volar un barrilete hasta el cielo y poder mandarle un mensaje a los que han partido...


Cuando llegaba el mes de noviembre, el viento se confabulaba con la imaginación y parecía cantar una canción.  Los niños ya de vacaciones, con ganas de aventurar y cargados de emociones, bajábamos al barranco de la Guacamayas en la Colonia, para hacernos de algunas barras de bambú y de paso jugábamos a no más poder, nos gustaba correr entre las ramas de los chichicastes y al terminar, íbamos con la ropa llena de esas pequeñas bolitas con espinas, que se aferraban a la ropa y que pican en la piel.


Partíamos la caña en tiras delgadas, íbamos a la librería Dragón, esa que estaba cerca de la ceiba a comprar papel de China de los más vistosos colores, para construir el barrilete más bonito y grande posible; si algunos optaban por comprarlo, pero era más emocionante uno mismo diseñarlo, hacer el engrudo para pegarlo y combinar los colores. Y no pocas veces hacerlo con los amigos de la cuadra.


Y allí iban los patojos, con ese sonrisa pícara y traviesa, a los campos de fútbol y a las áreas verdes que hoy tristemente son parqueos(el negocio de quienes los administran) a volar el barrilete, construido con las propias manos. Las abuelas decían, que siempre habían en los cielos angels esperando, que cuando se elevaban los barriletes y una vez arriba y se enviaban los mensajes por medio del hilo, escritos en pequeñas hojitas de papel, los ángeles, los tomaban y se los llevaban a aquellos que ahora miraban en el cielo.


No pasó mucho tiempo, para que mis hermanos y yo tuviéramos una razón para hacer el barrilete y envíele mensajes a nuestro hermano mayor. Hoy tengo muchas razones para hacer un barrilete y muchos mensajes por enviar, pues a ese lugar muchos de mis seres amados se han mudado, así como amigos, con los que en más de una ocasión, también hicieron y volaron un  barriletes.

Oxwell L’bu copyrights 2021

#Diadetodoslossantos

#Barriletes

***Con alas de papel y colores***

***Con Alas de papel y Colores***
Son el claro reflejo de ese
anhelo incesante de los
hombres por querer volar.

Papelitos de colores pegados
con la ilusión de un niño,
que une los elementos de
la naturaleza para echar
los sueños a volar…

Y en los campos con aroma
a eterna primavera,
los patojos corren por la
verde vereda,
para despegar los zapatos
del suelo…

Y poco a poco ir ganando altura,
el viento de noviembre se confabula,
para que los barriletes cubran al cielo 
de colores.

Los patojos saltan llenos
de alegría y emoción,
al ver que sus sueños le
rascan la nariz  al sol.

El abuelo ve desde la casa
que los patojos han aprendido
la lección:  ¡Y es que hay mas
de una manera para treparse
al cielo…

Se tapiza el horizonte con 
los sueños de los patojos,
y al verlo más de un hombre
sueña con volver a ser niño…
Oxwell L'bu copyrights 2010
#Barriletes