"Las Navidades En La Casita"
Suspira mi alma evocando aquellos recuerdos, que le dan vida a está vida...Fueron momenos sencillos pero significativos, llenos de ese encanto que es como un aroma que se siente a la distancia.
En aquel barrio de casitas iguales, en esa península incrustada en el área metropolitana, la vida era una fiesta donde la vida te sorprendía cada día. .. En aquellas calles, era tan fácil encontrarse con la alegría, la mano de un amigo, la mirada de una doncella, ese beso de ilusión que alborota el corazón.
Las fiestas de fin de año, tenían su toque tan particular, las casitas al igual que las cuadras se empezaban a adornar la semana de navidad, se pintaban las aceras de blanco y los pisos con motivos navideños, de casa a casa se tendían flecos decorativos en toda las cuadras, que al caminar por ellas se tenia la impresión de estar caminando en un salón de fiesta.
Por esos días el olor a pólvora envolvía las calles, los cohetillos explotando, los canchinflines volando y los patojos retosando de aquí por alla; los enamorados tomados de la mano escribiendo historias de amor.
Llegado el 24 de diciembre en muchas de las calles se ponía ramas de pino en el piso, el aroma se dejaba sentir, junto al olor de los tamales y el ponche que se escapaba de las cocinas, todo eso con la alegría de la gente, escuchando música navideña.
Aquellas navidades en las casitas, estaban llenas de cosas tan sencillas pero llenas de significancia, un nacimiento o pesebre hecho con aserrín de colores, musgo, cañas, flores de pascua y rosarios de mansanilla, con figuras hechas de barro coloridas, en torno al cual se resaba y se quemaba incienso.También se solía colocar el árbol navideño, el cual a diferencia de los árboles pintados por las postales navideñas, ya que se trataba de la rama de un árbol la cual se pintaba de platiado, se le colocaban lucesitas de colores y adornos navideños; las casas solían estar repletas de esa flor tan chapina, propia de la epoca, que luego a sido es portada a todo el mundo, la flor de pascua.
Llegadas las doce el compartir la cena navideña era algo tan familiar, pero donde siempre había un lugar para alguien mas... Se compartía el tradicional tamal, el ponche y algún otro platillo como la pierna de puerco horneada o el pavo preparado entre otros.
Las navidades en aquellas casitas estaban llenas de encanto, no eran los juguetes recibidos o el menú de las cenas compartidas, era más bien ese compartimiento, esa puerta abierta a todo el que quisiera compartir, era el sentir familia a los de la cuadra.
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