domingo, 7 de abril de 2019

Cuando éramos acólitos


“Cuando éramos acólitos”
Ese día de la primera comunión, el corazón del niño queda prendido y enamorado de Jesús Sacramentado...

Corrían los años setentas,el padre Antonio llega al lacolonial, prestado por su congregación a la parroquia, por unos meses, que se transformaron en años, porque en este lugar, encontró la misión, que le daba soporte a su vocación,

El quería que todos los niños, que el veía retozando y jugando, en ese inmenso campo de recreo, que era la colonia, hicieran su primera comunión y fueran parte integral de la parroquia, para lo cual el mismo preparó un grupo de catequistas.

Las primeras generaciones, recién empezaban su vida escolar, en las dos escuelitas que tenía la colonia, la Darío González y la escuela 1ro. de Julio. El padre se dio a la tarea de visitar las escuelas, con el propósito de exhortar a los niños para que asistieran a las clases de catecismo.Luego de la respectiva preparación, aquellos primeros niños hicieron la primera comunión, en un mes de mayo serca de la festividad, de la virgen de Fátima.

Fue un joven por demás, entusiasta, Carlos González , hijo de una de las damas más entusiastas y comprometidas con la parroquia, doña Zoila de González. Así fue como bajo la guía del padre Antonio, Carlos formó a los primeros acólitos, los cuales daban soporte en las diferentes misas y actividades de la parroquia. Aquella primera indumentaria fue proporcionada y costeada en su totalidad por el mismo padre Antonio.

Aquel primer grupo de acólitos, fue conformado por un total de quince niños, entre quienes recuerdo a Max y Mynor Fernández , su servidor y mis dos hermanos. Ensayábamos nuestra participación en la misa, resabamos El Rosario, compartíamos y también jugábamos y hacíamos nuestras travesuras y alguna vez por curiosidad nos empinamos la botella del vino que se usaba para la consagración de la eucaristía.

Fueron aquellos primeros acólitos, quienes en una improvisada prosecion ( pues hicimos aquella anda desarmando una mesa, le pusimos una manta bonita y algunas flores y aseguramos la imagen en la base) sacamos por primera vez la imagen de Jesús Resucitado en procesión alrededor del templo, aquel domingo de resurrección, mientras caminabamos entonamos aquel canto, que el padre Antonio implantó como el himno de la parroquia:
“La muerte donde
esta la muerte,
donde su victoria...

Resucitó, resucitó
aleluya, aleluya...

Es así como inició en la colonia aquella hermosa tradición
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