“Mi amigo Cesar”
Si hay un tesoro en esta vida, que se multiplica con el tiempo, entre más se da, es el da la amistad, cuando en esta hay lealtad y una profunda solidaridad.
A Cesar Estuardo Mesías Castillo, tengo a toda esta vida de conocerle, pero no me alcanzaría, para agradecerle, el haber acompañado mis juegos y mis ocurrencias, en aquellas cuadras de la Colonia que fueron nuestros campos de recreos y aventuras. Estudiamos en la misma escuela y en la misma clase, más de alguna vez nos capiusamos y nos imaginamos en un campo de fútbol, con público y hasta escuchamos la narración, cuando corríamos detrás de un balón.
Y es verdad, con Cesar tengo una deuda, en proporción a su amistad y a su eterna cordialidad... Cuando evocó todos esos recuerdos, me lleno de gratitud y alegría, pues todas esas vivencias no hubieran sido iguales sin su compañía. Pasamos de niños adolescentes y si que éramos dementes, aprendimos a bailar, más de una vez pretendimos conquistar el corazón de una chica con nuestras ocurrencias.
Cesar un hombre luchador a quien lo vi con creces superar las adversidades, un hombre cuya elocuencia son sus hechos y sus luchas, por eso cada vez, que voy a la tierra de mis suspiros, anhelo ese reencuentro con un amigo, que es testigo y compañero de toda la vida.
Miguel Oswaldo D’Leon R.
P.D. Gracias por el regalo de su amistad y porque recorrer ese camino, no hubiera sido igual, sin su compañía.
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