miércoles, 19 de enero de 2022

“La farmacia de Don Oliverio”



“La farmacia de don Oliverio”
(Farmacia Primero de Julio)
Mira que si la Colonia ha tenido
cada personaje, que ha dejado su huella,
en este viaje que llamamos vida.

Siempre que escucho esa canción de Arjona,
evoca mi corazón, la farmacia de mi barrio;
esa donde atendía con su bata impecable 
don Oliverio Paiz, que siempre
tenía una cura para todo y un antídoto 
pa todo mal...

Cuando éramos patojos, para el mal de piojos, un resbalón o una gripe, el tenía la solución;
cuando fuimos creciendo y el espíritu 
de aventura fue emergiendo,
en esas emergencias que provocaban,
las nenas de la Florida, el siempre tenía 
la justa medida de penicilina.

No había enfermedad para la que
Don Oliverio no tuviera receta,
más acertado de un médico anacoreta
y más puntual que un militar con la corneta.

Ah! Esa farmacia de mi barrio, en la quinta
avenida y 13 calle, allí donde el detalle,
era el profesionalismo y el hermetismo,
del sigilo de un señor, que le tenía 
a su trabajo dedicación y amor.

Aunque nunca consiguió curar esa mal
de amores, que provocaban las chicas
del barrio, con su bella sonrisa;
o esa sensación de vahído que causaba
el va y ven de su falda o que a uno se le saliera el corazón a causa de su bella mirada.

Don Oliverio, si usted supiera cómo
más de una generación lo recuerda,
no solo por los males que nos curo,
sino porque también nos aconsejó,
que la mejor receta para el mal de amores,
era darle cause al amor.
Oxwell L’bu copyrights 2022
En memoria y con respeto a Don Oliverio Paiz
#Maldeamores


 

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