***Volver a esas calles***
El tiempo me ganó y yo que
pensaba que todo eso sucedió ayer;
pero de ese ayer, han transcurrido
10, 20, 30,40,50 años como que nada.
Y hoy vuelvo a esas calles, que fueron
alegres testigos de mi camino...
Allí conocí a aquellos amigos entrañables,
allí viví mi primera ilusión, un amor que
no pasó de mi intento, pero me dejo
con el corazón contento.
Vuelvo a la avenida amores,
esa que se poblaba de flores,
con faldas escolares y calcetas
arremangadas a los tobillos
y los muchachos como monaguillos,
seguíandolas en procesión.
Fue allí, donde muy de mañana,
corría de la entrada a la 24,
pasando por la quinta y séptima avenida,
buscando romper mi récord anterior,
porque el deporte también era obsesión.
Ah si pudiera volver a aquellos años,
pero solo puede volver aquí...
Dónde el que está también extraña
y el que se fue añora y por eso
vuelve, porque la tierra llama.
Y es que aquí, hay más que memorias,
son las historias de nuestra vida,
son las vivencias que no se pueden repetir,
son los amigos y la familia que ya no estás
y solo aquí vuelves a sentir su presencia.
Hoy la colonia ha crecido, más no ha envejecido
como yo...Cada día cobra vida, con nuevas historias, con nuevas ilusiones y quizás con distintas canciones, que acompañan otros romances, porque aquí se siguen escribiendo historias de amor.
Voy por los callejones, los mismos que fueron
nuestros campos de recreó, donde chamuscamos,
esos que eran laberintos, donde las niñas se escondían, por miedo o que se yo, a vivir
su primera ilusión.
Fue en estas calles donde pase con mis cuadernos
bajo el brazo, cuando fui a la universidad
y tenía prisa por crecer y aprender, cuando
perseguía quimeras y era cazador de utopías.
Algunas de las tienditas han desaparecido
o quizás solo se han mudado o han cambiado
de nombre; la señora de las tortillas, la que vendía
chucherias, el que arreglaba zapatos o vendía pinolio, ya no son los mismos pero lucen igual.
Hoy en medio de una población que crece y crece,
los barrancos agonizan, ya no son aquellos, donde
corrían alegres manantiales, los bosques y arboledas poco a poco han ido desapareciendo.
Si, algunas cosas han cambiado, los vecinos
ya no son los mismos, aquellos niños hoy
ya son hombres y mujeres, criando a otros niños,
el tiempo no se detuvo, el tiempo no esperó
y por eso que volver más seguido, es un deseo recurrente.
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