“Sentimientos en los fogarones”
Caía la tarde, en aquella víspera del llamado “Día clásico” día en se celebra a la Inmaculada; los fagarones, estaban por arder, casi todos los de la cuadra reunidos, en aquel convite informal.
Justo al dar las seis, los fogarones se encendían y en el ardían, entre tantas cosas, el chirivisco que los patojos días antes, habían ido a traer a los barrancos y lo ponían a secar al sol, sobre los techos.
Yo la vi caminar, sigilosa como un gato rumbo al fogaron, llevando una caja de cartón, de esas donde suelen venir los zapatos, que previamente, había sido, delicadamente decorada, con listones y una moña de regalo, forrada con tela y al frente un corazón de pana. Al sentir el fuerte calor que emanaba ellas llamas, se detuvo y con un aire ceremonial, desató la moña y una a una fue arrojando, aquellas cartas, que seguramente, eran las cartas de un amor fallido.
Y mientras eran consumidas por el fuego, de los bellos ojos de aquella doncella brotaban, quizás sus primeras lágrimas de tristeza por aquella primera ilusión que había tocado su corazón.
Los demás reían y cantaban, ella lloraba, pero nadie lo notaba; yo me quise acercar, pero preferí contemplar, sin juzgar. Ella se dio cuenta, que la observaba y con una mirada suplicante, sentí que me pidió que guardara silencio y de alguna forma me hice su cómplice. Entre sollozos, ella suspiraba, cuando alguien se acercó y le pregunto, si lloraba, ella respondió que no, que solo era el humo en sus ojos, pero yo sabía que sus lágrimas eran una expresión de su corazón...
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#Quemadeldiablo
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