“Una fragancia que delata”
En el afán de ocultar, muchas veces se suele evidenciar, lo que se quiere ocultar...
Ya fuera Por antojadizos, por travesura o premura. o por sentirse ya mayores, los patojos empezaban a fumar o bien a tomar. Casi siempre solía suceder, para los días de navidad, su cumpleaños o simple y sencillamente porque querían probar. Pero la estocada de la primera cerveza o el primer trago siempre pone en evidencia, al novato inexperto, lo mismo suele suceder con el primer cigarrillo el tufo se impregnadoen la boca y para “ocultar su pecado” el patojo desahuciado, acudía a mascar chicles y mejor si eran, los llamados Fragans, cuya fragancia, particularmente exagerada, siempre solía levantar sospechas en los padres.
Y allí estaban los patojos, masca que masca chicles, con cara de asustados, era una forma de lavar su pecado, pero al llegar a casa, esa fragancia que ocultaba la evidencia, pero levantaba sospechas. Y allí estaban las mamás oliéndoles la ropa, tratando de encontrar la evidencia, para reclamarles su inconsciencia.
Los mentados chicles, no solo eran los aliados en las estocadas, también cuando andaban de conquista, pues no les bastaba cepillarse los dientes hasta 5 veces, estos chicles parecían darles ese toque de seguridad, aunque en verdad, su particular fragancia, era sinónimo de una estocada, disfrazada,
Oxwell L’bu copyrights 2019
En el afán de ocultar, muchas veces se suele evidenciar, lo que se quiere ocultar...
Ya fuera Por antojadizos, por travesura o premura. o por sentirse ya mayores, los patojos empezaban a fumar o bien a tomar. Casi siempre solía suceder, para los días de navidad, su cumpleaños o simple y sencillamente porque querían probar. Pero la estocada de la primera cerveza o el primer trago siempre pone en evidencia, al novato inexperto, lo mismo suele suceder con el primer cigarrillo el tufo se impregnadoen la boca y para “ocultar su pecado” el patojo desahuciado, acudía a mascar chicles y mejor si eran, los llamados Fragans, cuya fragancia, particularmente exagerada, siempre solía levantar sospechas en los padres.
Y allí estaban los patojos, masca que masca chicles, con cara de asustados, era una forma de lavar su pecado, pero al llegar a casa, esa fragancia que ocultaba la evidencia, pero levantaba sospechas. Y allí estaban las mamás oliéndoles la ropa, tratando de encontrar la evidencia, para reclamarles su inconsciencia.
Los mentados chicles, no solo eran los aliados en las estocadas, también cuando andaban de conquista, pues no les bastaba cepillarse los dientes hasta 5 veces, estos chicles parecían darles ese toque de seguridad, aunque en verdad, su particular fragancia, era sinónimo de una estocada, disfrazada,
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