En nuestro baúl de los recuerdos no hay juguetes sofisticados y onerosos, solo cosas sencillas como un trompo, unos cincos, un puñado de carteritas de fósforos, una pelota hecha con medias viejas de mama, unos hules, un capirucho, un yoyo, una navaja oxidada, un balón plástico, pero sobre todo nuestra inocencia, mesclada con esa felicidad, a veces tan difícil de encontrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario