Se postro ante el creador, luego de un largo silencio, los ecos que desgarraban su alma, resonaron en su pecho: Señor vos que sabes que mi vida es como una barca a la derriba, siempre navegando contra la corriente, en ese mar de incertidumbres y vacio, donde los fantasmas de mis fracasos son como tempestades que amenazan con hacerme naufragar… Sé que debería agradecerte por el don de la vida y por... tantas cosas buenas, pero me siento vacio y la gratitud es una paloma asustada que salió volando de mi pecho, dejando en su lugar zozobra, agonía y desilusión. Por eso te pido toma mi corazón y devuélvele la alegría de un niño, lléname de tu cariño y sana estas heridas que llevo a flor de piel…
Oxwell L’bu Copyright ©2013
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