***Mi Barrio, Mi Colonia...***
Cada paso es un suspiro,
cada cuadra, cada calle,
evoca mis memorias,
allí se escribió mi historia.
La colonia ha sido mi barrio,
mi lugar en esté mundo,
allí viví esos maravillosos años,
donde subes y bajas peldaños..
De niño fue mi campo de recreó,
sus cuadras laberintos de aventuras
y mis vecinos mis hermanos,
mi familia...
Allí jugué hasta el cansancio,
allí nunca me falto un amigo,
mi infancia como la de muchos,
fue de intensa felicidad.
En sus escuelas, institutos
y colegios me forjé,
en ellos obtuve lecciones
de vida...
En su iglesia y sus templos,
construimos comunidades
de fe, donde el espíritu se fortalece
y el alma se llena de paz y armonía.
Allí sobreviví un terremoto,
un ciclón y esos años de represión,
donde en medio de gases lagrimogenos,
nos forjamos un porvenir.
Al llegar la adolecencía,
las esquinas eran esos lugares,
que convocaba a los amigos,
para contemplar a las flores del jardín.
Allí me nació aquel sentimiento,
allí viví aquella primera ilusión,
allí se me alboroto el corazón,
al ver los ojos de una princesa.
En sus calles vi al amor pasearse,
en sus rincones besarse
y al caer la tarde, cuando se
tiende ese manto de estrellas.
El alma evocando cosas bellas,
le daba al corazón por escribir,
versos inefables que brotaban,
como flores en primavera.
Oxwell L’bu Copyright © 2017
Cada paso es un suspiro,
cada cuadra, cada calle,
evoca mis memorias,
allí se escribió mi historia.
La colonia ha sido mi barrio,
mi lugar en esté mundo,
allí viví esos maravillosos años,
donde subes y bajas peldaños..
De niño fue mi campo de recreó,
sus cuadras laberintos de aventuras
y mis vecinos mis hermanos,
mi familia...
Allí jugué hasta el cansancio,
allí nunca me falto un amigo,
mi infancia como la de muchos,
fue de intensa felicidad.
En sus escuelas, institutos
y colegios me forjé,
en ellos obtuve lecciones
de vida...
En su iglesia y sus templos,
construimos comunidades
de fe, donde el espíritu se fortalece
y el alma se llena de paz y armonía.
Allí sobreviví un terremoto,
un ciclón y esos años de represión,
donde en medio de gases lagrimogenos,
nos forjamos un porvenir.
Al llegar la adolecencía,
las esquinas eran esos lugares,
que convocaba a los amigos,
para contemplar a las flores del jardín.
Allí me nació aquel sentimiento,
allí viví aquella primera ilusión,
allí se me alboroto el corazón,
al ver los ojos de una princesa.
En sus calles vi al amor pasearse,
en sus rincones besarse
y al caer la tarde, cuando se
tiende ese manto de estrellas.
El alma evocando cosas bellas,
le daba al corazón por escribir,
versos inefables que brotaban,
como flores en primavera.
Oxwell L’bu Copyright © 2017
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