"El Legado Del Padre Antonio"
Llegó de España a misionar, sin imaginar que en la colonia, se iba a quedar...
Llegó un mes de abril, con su mirada observadora y su pinta conmovedora, aquel fraile dominico, cuya vocación era la evangelización, con su acento tan particular y esas ganas de trabajar, por una parroquia, a la que llegó a amar, quizás tanto como su patria del otro lado del mar.
Era un hombre visionario, que no sólo proyecto sino construyó con sus propias manos, lo que él veía en sus sueños. Llegó a un templo casi inexistente, donde poca gente se sentía convocada a servir. El le dio organización y liderazgo a la parroquia, pese a ser estricto, le dio a sus feligreses la posibilidad de tener iniciativas. Así poco a poco, se fueron formando, grupos de cristianos comprometidos, con los cursillistas, la legión de María, la Renovación Carismatica católica entre otros. Era un sacerdote casamentero, pues a parejas que el sabia, viviendo en libre unión, las motivaba para que se casaran y velaba por la educación religiosa de tantos niños que jugaban en aquel inmenso parque de recreó, que eran las calles de la colonia...Pero además de eso socorrida a los necesitados, no pocas veces se vio, a familias completas en dificulrades, viviendo en la casa parroquial, la cual era también su residencia.
Pero aparte de todo su esfuerzo y trabajo parroquial, el soñaba con construir en la colonia, una especie de basílica, a lo cual dedicó el resto de su vida (y tenía razón, pues en lo que despues, llego a ser el salón parroquial, la gente no cabía). Por otra parte siento el patrón de la colonia, Jesús Resucitado, él incistia, en que dicha celebración y prosecion deberían de tener, aún más solemnidad que los demas cortejos prosecionales de la semana santa, pues repita lo que dice, San Pablo: Si Cristo no hubiera resucitado en vano sería nuestra fe.
Fue a finales de los 70's que el padre se hizo de una pequeña imagen, de Jesús Resucitado, la cual el ponía en una pequeña prosecion y era cargada alrededor del templo, principalmente por niños, el día de la resureccion. Pero el padre Antonio, pensaba que Jesús Resucitado y la parroquia merecían mucho má, fue así que saco aquella pequeña prosecion por las calles, a principios de los ochentas, con la ayuda de feligreses, los cursillistas, la renovación carismática y el grupo scout 51. Para mediados de los ochentas, padre Antonio mando ha hacer una imagen, de tamaño mayor, en los talleres de Don Julio Dubois. Por esos años el grupo de Renovación, con ayuda de vecinos entuciastas iniciaron la tradición, de hacer alfombras, que se extendían en todo el paso por las calles de la colonia
Han pasado los años y el legado, del Padre Antonio, así como su visión, sigue encontrado eco en las nuevas generaciones, pues aparte de mantenerse viva, va creciendo y haciendose más solemne y significativa dicha celebración, pero más que eso, esa comunidad de fe a la que é, le dio liderazgo y sobre todo su trabajo incansable, sigue viva.
Oxwell L’bu Copyright © 2017
Llegó de España a misionar, sin imaginar que en la colonia, se iba a quedar...
Llegó un mes de abril, con su mirada observadora y su pinta conmovedora, aquel fraile dominico, cuya vocación era la evangelización, con su acento tan particular y esas ganas de trabajar, por una parroquia, a la que llegó a amar, quizás tanto como su patria del otro lado del mar.
Era un hombre visionario, que no sólo proyecto sino construyó con sus propias manos, lo que él veía en sus sueños. Llegó a un templo casi inexistente, donde poca gente se sentía convocada a servir. El le dio organización y liderazgo a la parroquia, pese a ser estricto, le dio a sus feligreses la posibilidad de tener iniciativas. Así poco a poco, se fueron formando, grupos de cristianos comprometidos, con los cursillistas, la legión de María, la Renovación Carismatica católica entre otros. Era un sacerdote casamentero, pues a parejas que el sabia, viviendo en libre unión, las motivaba para que se casaran y velaba por la educación religiosa de tantos niños que jugaban en aquel inmenso parque de recreó, que eran las calles de la colonia...Pero además de eso socorrida a los necesitados, no pocas veces se vio, a familias completas en dificulrades, viviendo en la casa parroquial, la cual era también su residencia.
Pero aparte de todo su esfuerzo y trabajo parroquial, el soñaba con construir en la colonia, una especie de basílica, a lo cual dedicó el resto de su vida (y tenía razón, pues en lo que despues, llego a ser el salón parroquial, la gente no cabía). Por otra parte siento el patrón de la colonia, Jesús Resucitado, él incistia, en que dicha celebración y prosecion deberían de tener, aún más solemnidad que los demas cortejos prosecionales de la semana santa, pues repita lo que dice, San Pablo: Si Cristo no hubiera resucitado en vano sería nuestra fe.
Fue a finales de los 70's que el padre se hizo de una pequeña imagen, de Jesús Resucitado, la cual el ponía en una pequeña prosecion y era cargada alrededor del templo, principalmente por niños, el día de la resureccion. Pero el padre Antonio, pensaba que Jesús Resucitado y la parroquia merecían mucho má, fue así que saco aquella pequeña prosecion por las calles, a principios de los ochentas, con la ayuda de feligreses, los cursillistas, la renovación carismática y el grupo scout 51. Para mediados de los ochentas, padre Antonio mando ha hacer una imagen, de tamaño mayor, en los talleres de Don Julio Dubois. Por esos años el grupo de Renovación, con ayuda de vecinos entuciastas iniciaron la tradición, de hacer alfombras, que se extendían en todo el paso por las calles de la colonia
Han pasado los años y el legado, del Padre Antonio, así como su visión, sigue encontrado eco en las nuevas generaciones, pues aparte de mantenerse viva, va creciendo y haciendose más solemne y significativa dicha celebración, pero más que eso, esa comunidad de fe a la que é, le dio liderazgo y sobre todo su trabajo incansable, sigue viva.
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