“Semillas de esperanza”

 “Semillas de esperanza”

No siempre quien siembra, es quien cosecha, pero la cosecha lleva el germen de su esfuerzo…

Por aquellos años, en que lo que hoy es el centro comunitario, hacia las veces del templo de la parroquia Jesús Resucitado y que la iglesia que hoy tenemos era apenas un sueño en el corazón del padre Antonio; el empezó a sembrar las semillas en aquellas primeras generaciones de niños, que un día llegarían a ser portadores de esa fe y esperanza.

En aquellos primeros años, las procesiones, se hacían de forma modesta, recorriendo unas pocas calles o solo el rededor del templo y quienes casi siempre eran los participantes eran los niños, los que a su vez integraban el grupo de acólitos o monaguillos, y grupo scouts 51 que siempre apoyaba las actividades de la parroquia.

Eran ellos quienes armaban el anda, muchas veces usando una meza de pino la cual era rediseñada para que sirviera para dicho propósito y el adorno flores que se llevaban.

Hoy aquellas semillas dan sus frutos, no solo a travez de continuar y aumentar las tradiciones heredadas sino transmitiendo la semilla de la fe.

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Foto: Julio Alberto Sosa Lainfiesta

#parroquiajesusresucitado

#SemanaSanta

“Ánimo y adelante”

 

 “Ánimo y adelante…”

El viento trae sus palabras con el ímpetu de un trueno y la suavidad de la brisa… Ánimo y adelante.

Esa dominico que camino en nuestras calles, que cuando el desánimo y las cosas iban se ponían cuesta arriba, solo te decía: ánimo y adelante. Dos palabras sencillas pero cargadas de fe y esperanza, la fe de un hombre que aunque muchas veces tuvo todo en contra siguió adelante, la esperanza de un religioso que no se refugiaba en su sotana, sino salía a darle lucha a la vida, sería por eso que sus palabras eran trascendentes.

La comunidad de fe por la que tanto luchó, a la que le ofrendó sus días y desvelos, muchas veces pasa por momentos de prueba, porque es una comunidad peregrina que camina guiada por la fuerza del espíritu y tras las huellas de un hombre que supo ganarse el reconocimiento y aprecio de la mayoría en la comunidad, profesarán la misma fe o no.

Hoy el eco de su voz sigue presente en el corazón y mente de quienes le conocieron e incluso de aquellos, a los que han llegado a saber de él por su legado.

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#padreantoniotravadelo

#parroquiajesusresucitado

“Un muro con historia”

 “Un muro con historia”

“De callejón en callejón…”

.“De callejón en callejón”

Ir de callejón en callejón, avivaba la ilusión e impregnaba la emoción…

Quien no recorrió la Colonia de punta a punta, no supo lo que es vivir en un lugar, donde en cada esquina te puedes encontrar con la amistad o ese amor que no esperabas.

En aquellos años, cuando cada callejón era un parque de recreo, las chamuscas de cuadra contra cuadra eran habituales, así como a veces romper los vitrales de una casa y enfrentar el enojo del dueño.

Luego al crecer cuadra a cuadra recorrer y dirigir los pasos a donde la música evidenciaba que había repaso, esas fiestas en las que nadie necesitaba invitación.

O esas tardes, cuando la mamá nos decía: Ya vas a aplanar calles con tus amigotes, no se cansan de andar de Quijotes… Y era así, porque aunque eran cuadras de casitas iguales, siempre encontrabas algo singular, como a una chica a la que le querías hablar, pero era escurridiza como un pececillo en el agua.

Andar de callejón en callejón, hasta encontrarse con el paredón del instituto, donde con tacto diminuto, se pretendía enamorar a las chicas que allí iban a estudiar.

Andar de callejón en callejón, era encontrar la ocasión para aventurar, así como para enamorarse de la vida. Y las mamás tenían razón pues esa vocación de Quijote no se nos quitó aún perdiendo el bigote y no dejamos de aplanar calles, aunque en la suela de los zapatos hayan agujeros.

De callejón en callejón…

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#coloniaprimerodejulio

#aplanarcalles

 

“A las mujeres de la Colonia”

“A las mujeres de la Colonia”

A esas flores que adornaron

nuestras primaveras,

a las que con su fortaleza,

hicieron de esas casas,

el hogar donde crecimos,

lloramos y reímos,

así como escribimos 

historias inolvidables.

A las pioneras que perseveraron,

ante las dificultades que supusieron,

el habitar en aquel lugar,

que en sus inicios todo era un reto,

fueron baches que ellas rellenaron

con concreto.

A esas mujeres de la Colonia,

las que fueron madres y esposas,

las que fueron como mariposas

en el jardín de nuestra adolescencia.

A ellas, con las que compartimos

los juegos de una niñez entrañable,

a la vecina tan amable,

así como las que bailaron con

nosotros en los repasos

y nos enamoraron con su mirada.

A esas mujeres que vimos crecer,

a esa niña que en el instituto,

se hizo mujer y en la escuelita

nos ayudó con el deber.

A ellas que brillan como las

estrellas en las noches largas

de nuestras añoranzas,

a ellas que supieron transmitirnos

la fe y esperanza y que con nosotros 

hicieron la primera comunión.

A las que aventuraron con nosotros

en los barrancos y con su aroma

y presencia hacían de cada callejón 

un jardín.

A ellas más que recordarlas,

quiero expresarles mi gratitud,

por mostrarnos la virtud,

de compartir, pues lo compartido

tiene eun sello que dice:

Para siempre…

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#diadelamujer

 

“Camino a San Juan”

 .“Camino a San Juan”

(La calzada San Juan)

En aquellos años viajar de la Colonia al centro, era toda una odisea, no por el tráfico, sino por si recorrido…

Cinco meses después que se inaugurara la Colonia(1967) se inauguró la Calzada San Juan, una de las arterias principales de la ciudad de Guatemala. Esta debe su nombre, debido a que conectaría con el municipio de San Juan Sacatepequez; en aquellos años era una de las calzadas más anchas y con mayor capacidad vehicular  de la capita y recorrerla era toda una odisea.

Al principio, para abordar los buses, había que caminar hasta el mercado de la Florida, dado que aún no entraban a la Colonia y estar justo  a la hora en que partía el bus. Es decir que saliendo de casa iniciaba la odisea, el recorrido tardaba poco más de una hora(para llegar al parque central) y lo hacía por dos rutas(la ruta por la avenida Bolívar y por la terminal).

Recorrer la calzada San Juan era ver todo ese verdor a su alrededor, ver los cafetales y a las carretas jaladas por mulas o bueyes, recorriendo el camino; era ir contando los árboles y perder la cuenta y a veces quedarse dormido, era a veces sentir náusea por el olor del diésel o la gasolina y llevar limón con sal o mango verde, para mitigar el malestar. Era ir cantando, canciones infantiles(como Pecos Bill, Pinocho, La tortuga Manuelita entre otras) o ir uno con su imaginación autonarrando partidos de fútbol.

Era también ver anochecer y pensar que aquellos grandes árboles eran fantasmas, hasta que por fin se llegaba al centro con sus luces de neón y las vitrinas que nos robaban la atención.

Recorrer la calzada San Juan en suma era una aventura, cuando aún todo el sector aún no se había urbanizado, ni se había acabado unos pulmones verdes de la capital.

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Créditos de las fotos a quien corresponda

#calzadasanjuan