“Encuentros furtivos en las Guacamayas”

 “Encuentros furtivos en las Guacamayas”

Cuando todo aquello era una esplendorosa vegetación y una canción excitaba la imaginación de los adolescentes, estos dementes se iban a barranquear, sin estar seguros de lo que iba a pasar…

Aquellos primeros acercamientos, eran enviarles reiteradamente, aquellos papelitos, que eran hojas del cuaderno, con corazones y mil razones, para expresarle a la chiquilla el porqué les robaba el sueño y pretender de a poquito hacerse dueño de su corazón.

Era insistir e insistir, hasta un día conseguir tomarla de la mano y así con la manita sudada robarle un beso y sentir que se tocaba el cielo.  Era ser novios sin permiso, era demostrar el amor llevándole los libros o la mochila, era tener detalles pequeños y sencillos, para enamorarla, era sobre todo dejar desbordar esa emoción que vertía el corazón y sobornar al destino.

Y un día convencerla para irse de capiusa a cualquier lugar, con tal de estar a solas con ella; era un día atreverse e invitarla a barranquear, sin sospechar lo que en el barranco podría pasar…Pues  eran esos encuentros furtivos, los que como fugitivos, los  hacía cómplices, en esos caminos del primer amor…

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