“50 Años de la parroquial Jesús Resucitado”
(Como semilla de mostaza)
50 años han pasado, desde aquella primera misa, en aquella primera edificación, que fuera el primer templo de la parroquia Jesús Resucitado.
Pero aquella comunidad de fe, no inicia aquel día, ya que meses antes, cuando con trabajo voluntario se construía, en las afuera, un sacerdote de la parroquia de la Florida, llegaba para oficiar, una única misa los domingos.
En aquella colonia de casitas iguales, donde sus calles y callejones, parecían campos de recreo, por la cantidad de niños que había, la semilla de la fe poco a poco se esparcía. Con una población de parejas jóvenes que se iniciaban a la vida, llenos de sueños e ilusiones.
El primer templo, se erigió a la par del salón comunal, al que se le dio por llamar, el costurero en la 5 Ave. y 15 calle. Era de ladrillo y techo de zinc, sin mayor diseño, era prácticamente un rectángulo, con un portón de acceso frontal y una puerta lateral. Por error tenía un desnivel en el piso, pues este estaba inclinado hacia el altar mayor; lo cual cuando llovía, hacía que se inundara el altar, por lo que tiempo después, el padre Antonio decidió, mandar a hacer una tarima de concreto y drenaje.
Aquella primera misa, se ofició un domingo de Resurrección, el 29 de marzo de 1970, para la cual estaba previsto que fuera presidida por el entonces arzobispo metropolitano cardenal Mario Casariego, pero no pudo asistir y en vez de el, envío a uno de los obispos. El cual, pese a la sencillez con que lucia el templo, celebró una misa solemne, el templo está lleno a toda su capacidad, incluso había gente en las afueras del templo. En su homilia el obispo dijo: “Veo a una comunidad naciente, la cual hoy es como una semilla de mostaza, pero que pronto crecerá y propagará la fe, pues la semilla crece en el jardín, cuyo jardinero es el mismo señor Jesús y Jesús Resucitado.”
Han pasado los años y muchas cosas han cambiado, no solo en el mundo, también en la Colonia y las palabras del obispo resultaron proféticas, pues hoy muchas de las ramas de aquella semilla, crecen en otras latitudes, pero han llevado con ellos esa fe, que sigue creciendo y fortaleciendo. Y precisamente este año, de los 50 años, no se pudo realizar mayor celebración por lo de la pandemia.
Hay mucha historia por contar y más aún por escribir, cada sacerdote que ha llegado a dejado aquí su corazón y ha sido las manos del jardinero. Aún hay algunos de aquellas primeras generaciones que sirven con alegría y amor en la parroquia, pero es inevitable el relevo generacional y serán otros los que continúen esparciendo la fe y dando frutos para que ese jardín nunca se marchite.
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#parroquiajesusresucitado
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