“Esas subidas al volcán”
Cual centinela, domina el horizonte y de vez en vez, se oculta entre las nubes, pero siempre está allí dejando sentir su presencia...
El volcán de agua, localizado entre los departamentos de Sacatepéquez y Escuintla, puede ser visto desde la capital, es como una torre que invita y desafía. Dicho volcán tiene una elevación de 3,760 metros, al cual los Mayas nombran Hunapu, que significa “Lugar de las flores”. Es durante las inundaciones que causa en 1541 que se le empieza a llamar volcán de Agua.
En la Colonia domina el horizonte y junto a la cúpula de la iglesia, se plantan, como centinelas, cuidando a los patojos en ese campo de recreo. No han sido pocos, los que han atendido el desafío de escalar sus 3,760 metros de altura y se han lanzado, en la conquista de su cima.
En el instituto, era un reto que año a año, les proponía el profesor Abel Caballeros a sus alumnos y subirlo constituía parte del currículum del curso de educación física. Y allí se veía a la patojada( señoritas y muchachos) buscando mochilas y equipo de campaña, comprando latas de comida, entre los meses de marzo y abril(dado que es cuando la temperatura en la cima es más generosa). Era también cuando en el volcán hacía gala de su nombre, pues eran los flores las que subían a él. Los grupos scout también solían hacer excursiones hacia el volcán.
Y así era que año, con año se veía a los jóvenes subiendo el volcán, aceptando el reto de buena gana; para ellos era como una aventura, no carente de premuras, pero sobre todo de la alegría no solo de conquistar su cima, sino del gozo que deja el compartir en los años de juventud.
Oxwell L’bu copyrights 2020
Foto: Hugo Calderón
#Volcandeagua
Cual centinela, domina el horizonte y de vez en vez, se oculta entre las nubes, pero siempre está allí dejando sentir su presencia...
El volcán de agua, localizado entre los departamentos de Sacatepéquez y Escuintla, puede ser visto desde la capital, es como una torre que invita y desafía. Dicho volcán tiene una elevación de 3,760 metros, al cual los Mayas nombran Hunapu, que significa “Lugar de las flores”. Es durante las inundaciones que causa en 1541 que se le empieza a llamar volcán de Agua.
En la Colonia domina el horizonte y junto a la cúpula de la iglesia, se plantan, como centinelas, cuidando a los patojos en ese campo de recreo. No han sido pocos, los que han atendido el desafío de escalar sus 3,760 metros de altura y se han lanzado, en la conquista de su cima.
En el instituto, era un reto que año a año, les proponía el profesor Abel Caballeros a sus alumnos y subirlo constituía parte del currículum del curso de educación física. Y allí se veía a la patojada( señoritas y muchachos) buscando mochilas y equipo de campaña, comprando latas de comida, entre los meses de marzo y abril(dado que es cuando la temperatura en la cima es más generosa). Era también cuando en el volcán hacía gala de su nombre, pues eran los flores las que subían a él. Los grupos scout también solían hacer excursiones hacia el volcán.
Y así era que año, con año se veía a los jóvenes subiendo el volcán, aceptando el reto de buena gana; para ellos era como una aventura, no carente de premuras, pero sobre todo de la alegría no solo de conquistar su cima, sino del gozo que deja el compartir en los años de juventud.
Oxwell L’bu copyrights 2020
Foto: Hugo Calderón
#Volcandeagua
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