. Reseña De La Parroquia Jesús Resucitado"
(Crónica Incompleta De la Parroquia De Mis Memorias )
Corrían los inicios de los setentas y aquella Colonia de casitas iguales crecía como una niña con prisa, cuyos sueños se resbalaban por la cornisa, le bastaba abrir la ventana para dejarse arrebatar por la brisa primaveral.
Durante aquellos primeros años la Colonia no contaba con un templo para congregar a aquellas personas cuya fe buscaba su cause, por lo cual muchos optaban por ir a la misa dominical en la iglesia más sercana, la de la colonia La Florida. Viendo la necesidad de construir una iglesia se empiezan a hacer las gestiones necesarias, ante el arzobispo de Guatemala, el cardenal Mario Casariego y Acevedo C.R.S; meses después se coloca la primera piedra y se inicia la construcción de la misma. Durante esté tiempo eran los niños y algunos feligreses los que se hacercaban a escuchar misa en las afueras de lo que sería la iglesia, para lo cual improvisan donde sentarte colocando un par de blogs y una tabla y una mesa que llevaba un vecino hacia las veces de la mesa dónde un sacerdote oficiaba la misa, el cual venía de la iglesia de La Florida o de la finca Lo debran. Paso tiempo para que aquella primera iglesia tomará forma debido a varios factores entre ellos el económico, pero también es de mencionar el trabajo voluntario de los vecinos y del grupo scout 51.
Para principios del año 1972 se habían concluido las obras del primer edificio que abrigo a los feligreses de la parroquia Jesús Resucitado de la Colonia Primero de Julio del área metropolitana de Guatemala. El nombre hasta donde se sabe fue escogido, debido a que la primera misa oficial se hizo un domingo de resurrección.
En sus primeros años la iglesia tubo dos párrocos, hasta que llegó un sacerdote muy particular, que provenía de España el padre dominico Antonio Mateo Trabadelo o padre Antonio, como se le conoció.
El padre Antonio era un sacerdote cuyo carisma le ganó rápidamente el cariño y respeto de los vecinos de la colonia, fueran católicos o no. El padre Antonio era un sacerdote incansable muy dado a sus feligreses.
El era un hombre visionario y con mucha vocación, fue así como viendo que la iglesia se hacía cada vez más pequeña para la cantidad de feligreses, inició los tramites correspondientes ante el arzobispado y la municipalidad de Guatemala (dado que aun no se definía si la colonia pertenecía a la municipalidad de Guatemala o la de Mixco) aquellos trámites requiere ron mucha constancia y esfuerzo, pero finalmente consigue los permisos correspondientes y que la municipalidad cediera aquel gran lote baldío justo a la par de la Escuela Primero de Julio, donde los patojos solían chamusquear y donde se formaban pequeñas tormentas de arena, cuando habían vientos.
Ya para el terremoto de 1976 ya se habían iniciado los cimientos de lo que llegaría a ser uno de los templos más grandes del area, así como la casa parroquial, la cual sufrió serios daños por el terremoto, dado que justamente allí pasaba una falla. Si conseguir los permisos requirió mucho esfuerzo, el construir la iglesia requirió muchísimo más esfuerzo y dedicación por la falta de fondos para la construcción de la misma, razón por la cual el padre Antonio salió muchas veces al extranjero para hacerse de los fondos, principalmente a los Estados Unidos, donde fue recivido y hospedado por ex vecinos de la colonia que vivían en esos rumbos. Además de eso, el padre hizo parqueos en los linderos del área de la iglesia, los cuales se alquilaban, pero lamentablemente algunas veces hubieron malos manejos de parte de personas que decían administrar y colaborar con el Padre. Pese a todos esos contratiempos, se logró irle dando forma a la nueva iglesia, se le monto una gran cúpula de metal, que en sus inicios era de color celeste y que cuado se iluminaba, podía ser admirada desde las afueras de la colonia. Pero el tiempo pasa y los años avanzan en las personas y al padre Antonio le llego el momento del retiro, no sin antes haber dejado la base fundamental del templo, pero más que eso una parroquia viva, con la mayor cantidad de movimientos de laicos comprometidos en toda el área metropolitana.
Luego del retiro del Padre Antonio, fue designado como párroco, el Padre Vidal Traina, sacerdote diocesano procedente de Italia, quien continuo con la visión dejada por su predesesor. El padre Vidal era un sacerdote de carácter pasible, humilde y servidor, pero con una gran capacidad administrativa, fue durante su gestión que la lglesia fue terminada, se construyó también el colegio parroquial y un área de retiros; el antiguo edificio que albergó la primera iglesia se convirtió en el salón parroquial, hasta que a principios de los ochentas paso al control de la asociación de vecinos de la colonia.
Es de recordar y honrar ha estos dos sacerdotes que con su incansable empeñó nos heredaron esa basílica menor, como ha sido apodada y en la que se congrega domingo a domingo, una comunidad de fe, que busca seguir los pasos, de Jesús de Nazareth ,bajo la advocación de Jesús Resucitado.
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Foto por: Elder CamHer Y Carlos Pineda