***Por Esa Benditas Calles***
Una callada quietud invade mi alma,
un remansó de recuerdos navegan
en mi corazón…
... Siento los aromas de mi infancia,
los perfume de mi juventud
y despierta en mi ese inquietud.
En momentos así duele la distancia,
el tiempo se convierte en verdugo
y la nostalgia es un dulce veneno.
La melancolía es compañía
recurrente en el presente,
que es como humo que se escapa.
Aun sabiendo que se nada contra
la corriente…
El corazón y la mente toman el riesgo.
Porque quieren llegar a la fuente
de ese caudal para quedarse,
en ese manantial de recuerdos.
Entonces las memorias empiezan
a fabricar espejismos…
Y de repente te vez en aquel lugar.
En esas benditas calles,
donde jugaste de pequeño,
en aquel inmenso parque de recreo.
Vez esas caritas sucias de felicidad,
con pantaloncitos cortos
y las rodillas reventadas de alegría.
Llega a tal punto la nostalgia y el anhelo,
que uno daría la vida por volver.
a esas a aquel lugar…
Volver a estrechar las manos,
de aquellos que fueron tus cómplices,
de travesuras y enredos.
Volverse a revolcar en el polvo
de esos campos cubiertos de alegría,
donde los sueños daban sus primeros pasos.
Sumergido en la nostalgia llegar a ese
preciso instante, cuando el amor
se cruzo en tu camino.
Distrajo tu atención y te diste
un tropezón que te hizo
tocar el cielo….
Porque esa primera ilusión,
provoco estragos en tu corazón,
que por momentos sigue siendo una obsesión.
Te basta con cerrar los ojos para ver
su sonrisa angelical iluminando
tu horizonte…
Te vez solo en la tu habitación,
ensayándote de poeta o cantor,
porque a tu puerta ha tocado el amor.
Con ese sabor dulce en la boca,
que atrae bellos recuerdos,
como abejas al panal.
Vez nuevamente a tus amigos,
reunidos en la cuadra,
para hacer fiesta en un día normal.
Cierras los ojos nuevamente y abres
de par en par las puertas del corazón,
para volver a sentir esa emoción.
De verte en esas calles donde caminando,
descubriste el camino que conduce
al cielo…
Entonces te das cuenta que esas realidades,
siguen gravitando en otra dimensión,
a la que es capaz de alcanzar el corazón.
Escuchas la música de tu juventud
y por un momento mágico,
vuelves a caminar por esas calles.
Oxwell L’bu Copyright ©2012
Una callada quietud invade mi alma,
un remansó de recuerdos navegan
en mi corazón…
... Siento los aromas de mi infancia,
los perfume de mi juventud
y despierta en mi ese inquietud.
En momentos así duele la distancia,
el tiempo se convierte en verdugo
y la nostalgia es un dulce veneno.
La melancolía es compañía
recurrente en el presente,
que es como humo que se escapa.
Aun sabiendo que se nada contra
la corriente…
El corazón y la mente toman el riesgo.
Porque quieren llegar a la fuente
de ese caudal para quedarse,
en ese manantial de recuerdos.
Entonces las memorias empiezan
a fabricar espejismos…
Y de repente te vez en aquel lugar.
En esas benditas calles,
donde jugaste de pequeño,
en aquel inmenso parque de recreo.
Vez esas caritas sucias de felicidad,
con pantaloncitos cortos
y las rodillas reventadas de alegría.
Llega a tal punto la nostalgia y el anhelo,
que uno daría la vida por volver.
a esas a aquel lugar…
Volver a estrechar las manos,
de aquellos que fueron tus cómplices,
de travesuras y enredos.
Volverse a revolcar en el polvo
de esos campos cubiertos de alegría,
donde los sueños daban sus primeros pasos.
Sumergido en la nostalgia llegar a ese
preciso instante, cuando el amor
se cruzo en tu camino.
Distrajo tu atención y te diste
un tropezón que te hizo
tocar el cielo….
Porque esa primera ilusión,
provoco estragos en tu corazón,
que por momentos sigue siendo una obsesión.
Te basta con cerrar los ojos para ver
su sonrisa angelical iluminando
tu horizonte…
Te vez solo en la tu habitación,
ensayándote de poeta o cantor,
porque a tu puerta ha tocado el amor.
Con ese sabor dulce en la boca,
que atrae bellos recuerdos,
como abejas al panal.
Vez nuevamente a tus amigos,
reunidos en la cuadra,
para hacer fiesta en un día normal.
Cierras los ojos nuevamente y abres
de par en par las puertas del corazón,
para volver a sentir esa emoción.
De verte en esas calles donde caminando,
descubriste el camino que conduce
al cielo…
Entonces te das cuenta que esas realidades,
siguen gravitando en otra dimensión,
a la que es capaz de alcanzar el corazón.
Escuchas la música de tu juventud
y por un momento mágico,
vuelves a caminar por esas calles.
Oxwell L’bu Copyright ©2012