Convivencias…
Hay cosas en esta vida que no se olvidan, que permanecen intactas en la memoria, porque son parte de nuestra historia.
Aunque no pueda narrar, la historia oficial del Pulpo Zurdo, como tal, recuerdo que inició a fines de año, allá por mediados de la década de los ochentas, cuando con Lacho, así como otros vecinos y amigos, iniciábamos nuestros estudios universitarios, en la da facultad de ingeniería, quien lo diría.
Estudiábamos por las mañanas y al caer la tarde se miraba a Lacho y Kiko preparando la churrasquera y demás para abrir el lugar. Sin importar el día de la semana, la muchachada se daba cita a aquel lugar, que sin propaganda, ni invitación(al igual que los repasos) atraía a la patojada de la Colonia. No era solo el aroma de la carne o la música(que nunca tenía un volumen intolerable, por respeto a los vecinos) era ese ambiente y las convivencias que se compartían en aquel lugar.
La alegría de sentarse a conversar, a bromear o a platicar sobre el partido de fútbol o el tema interminable de los jóvenes, las muchachas.
Muchachas que iban de niña a mujer y cada día se multiplicaban aquellas flores que adornaban las calles de la Colonia. Si aquellas paredes pudieran hablar, cuantas historias podrían contar, porque en ese lugar han quedado muchas de nuestras memorias, quizás de las más bellas y celebradas de la vida.
Oxwell L’bu copyrights 2022
#Convivencias