"El Apagón"
(Memorias de mi barrio)
Hablar de diciembre en la colonia, es evocar sus aromas, esa mescla entre el pino, la manzania, la pólvora de los cohetillos, el ponche y el tamal, esos aromas tan únicos de mi tierra. Es también recordar esas reuniones obligadas, pero improvisadas en el poste de la esquina, para ver a las chicas pasar, escuchar música o por el solo gusto de conversar y como olvidar los mentados apagones...
Las lucitas de clores, brillando en los nacimientos, los patojos contentos, quemando cohetillos y canchinflines, los jóvenes colocando las bocinas y seleccionado la música para el repaso en la calle, los papas conversando y bridando, los novios despidiéndose beso a beso, una y otra vez, faltando diez minutos pa' las doce...El padre Antonio extendiendo la misa de gallo para que los feligreses no se vayan. ..
Y al dar las doce, la quemazón de cuetes, los abrazos no se hacen esperar, una oración frente a él altar, un Padre Nuestro, quemando incienso en el pecebre y la cena de navidad, cuando de repente se da, el apagón.
Las calles quedan a obscuras, el repaso tendrá que esperar, los novios empiezan a celebrar...Y en la esquina, una fogata se suele improvisar, para darle calor a la conversación.
Los apagones, pasaron a ser parte de la celebración y esto debido a que la empresa eléctrica, al verse sin capacidad para cubrir la demanda, suele quitar el suministro eléctrico por período, que iban de una hora o mas, pero eso sí, sólo en los barrios populares, porque en los de los ricachones, las influencias se mueven por montones.
Aquello de alguna forma, molestaba a la gente, porque el recibo a pagar, no solía contemplar, los mentados apagones, pero el chapin por definición tiene alegre el corazón y ha todo le encuentra el chiste o el encanto, por lo que los apagones pasaron a ser parte de la celebración y de alguna forma, hacia que se prendiera, el espíritu navideño, el espíritu de compartir
Oxwell L’bu Copyright © 2016
(Memorias de mi barrio)
Hablar de diciembre en la colonia, es evocar sus aromas, esa mescla entre el pino, la manzania, la pólvora de los cohetillos, el ponche y el tamal, esos aromas tan únicos de mi tierra. Es también recordar esas reuniones obligadas, pero improvisadas en el poste de la esquina, para ver a las chicas pasar, escuchar música o por el solo gusto de conversar y como olvidar los mentados apagones...
Las lucitas de clores, brillando en los nacimientos, los patojos contentos, quemando cohetillos y canchinflines, los jóvenes colocando las bocinas y seleccionado la música para el repaso en la calle, los papas conversando y bridando, los novios despidiéndose beso a beso, una y otra vez, faltando diez minutos pa' las doce...El padre Antonio extendiendo la misa de gallo para que los feligreses no se vayan. ..
Y al dar las doce, la quemazón de cuetes, los abrazos no se hacen esperar, una oración frente a él altar, un Padre Nuestro, quemando incienso en el pecebre y la cena de navidad, cuando de repente se da, el apagón.
Las calles quedan a obscuras, el repaso tendrá que esperar, los novios empiezan a celebrar...Y en la esquina, una fogata se suele improvisar, para darle calor a la conversación.
Los apagones, pasaron a ser parte de la celebración y esto debido a que la empresa eléctrica, al verse sin capacidad para cubrir la demanda, suele quitar el suministro eléctrico por período, que iban de una hora o mas, pero eso sí, sólo en los barrios populares, porque en los de los ricachones, las influencias se mueven por montones.
Aquello de alguna forma, molestaba a la gente, porque el recibo a pagar, no solía contemplar, los mentados apagones, pero el chapin por definición tiene alegre el corazón y ha todo le encuentra el chiste o el encanto, por lo que los apagones pasaron a ser parte de la celebración y de alguna forma, hacia que se prendiera, el espíritu navideño, el espíritu de compartir
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