"Patinar, Para Volar..."
Patinar te da esa sensación de volar, volar sobre el padimento, con el corazón contento, arrullando sueños a pleno sol.
Iniciaban los ochentas, la música disco en su apojeo y los patojos tiernos adolecentes y dementes, buscando hacerse un lugar en la vida. Clausurado el ciclo lectivo, los repasos y aprender nuevos pasos, era parte de esa obsecion, de querer llamar de las chicas la atención.
Fue por esos dias, que se pusieron de moda, las pistas de patinaje sobre ruedas, con sus pistas iluminadas, de pisos bien pulidos o de madera y la música de moda. Pero la modalidad eran los patines con el botín incorporado y ruedas de poliuretano, así como un botón al frente que servía de freno. Pero aquellos patines, tenían un precio prohibitivo, por lo que los patojos optaban por alquilarlos en las mismas pistas.
Cómo todo patojo, yo era de esos muy ilusionados, deseaba un par de patines como esos; de mi niñez, aún conservaba los patines de metal, esos que se podian ajustar al zapato. Para comprarme aquel par de patines, de botín negro y ruedas azules tube que trabajar un par de meses. No conseguí patines a mi medida, por lo que tube que comprar el número más pequeño del que disponían, para usarlos me ponía medias de futbolista o dobles calcetines y aun así me quedaban flojos.
Recuerdo la primera vez, que entre a una pista, era como otro mundo y sin saber cómo o porqué, rápidamente desarrolle una habilidad especial para patinar y bailar sobre los patines. Aquello me permitió entrar gratis a las pistas, a cambió de una demostración.
Aquella moda fue pasajera, duró sólo un par de años, tiempo que disfrute. Ha pasado el tiempo y aún conservo aquellos patines y atesoro aquellos recuerdos.Hoy en otro país y ciudad diferente, me doy cuenta que en todos lados la gente, no es tan diferente, pues todos gustamos de esas cosas sencillas que no son como pastillas, sino como un jarabe de felicidad, que deja esa sabor rico en el paladar.
Oxwell L’bu Copyright © 2016
Patinar te da esa sensación de volar, volar sobre el padimento, con el corazón contento, arrullando sueños a pleno sol.
Iniciaban los ochentas, la música disco en su apojeo y los patojos tiernos adolecentes y dementes, buscando hacerse un lugar en la vida. Clausurado el ciclo lectivo, los repasos y aprender nuevos pasos, era parte de esa obsecion, de querer llamar de las chicas la atención.
Fue por esos dias, que se pusieron de moda, las pistas de patinaje sobre ruedas, con sus pistas iluminadas, de pisos bien pulidos o de madera y la música de moda. Pero la modalidad eran los patines con el botín incorporado y ruedas de poliuretano, así como un botón al frente que servía de freno. Pero aquellos patines, tenían un precio prohibitivo, por lo que los patojos optaban por alquilarlos en las mismas pistas.
Cómo todo patojo, yo era de esos muy ilusionados, deseaba un par de patines como esos; de mi niñez, aún conservaba los patines de metal, esos que se podian ajustar al zapato. Para comprarme aquel par de patines, de botín negro y ruedas azules tube que trabajar un par de meses. No conseguí patines a mi medida, por lo que tube que comprar el número más pequeño del que disponían, para usarlos me ponía medias de futbolista o dobles calcetines y aun así me quedaban flojos.
Recuerdo la primera vez, que entre a una pista, era como otro mundo y sin saber cómo o porqué, rápidamente desarrolle una habilidad especial para patinar y bailar sobre los patines. Aquello me permitió entrar gratis a las pistas, a cambió de una demostración.
Aquella moda fue pasajera, duró sólo un par de años, tiempo que disfrute. Ha pasado el tiempo y aún conservo aquellos patines y atesoro aquellos recuerdos.Hoy en otro país y ciudad diferente, me doy cuenta que en todos lados la gente, no es tan diferente, pues todos gustamos de esas cosas sencillas que no son como pastillas, sino como un jarabe de felicidad, que deja esa sabor rico en el paladar.
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