***Mangos Verdes***
Todos los días al salir de la escuela,
allí esta Don Tin esperando a los
patojos con todos esos antojos,
que difícilmente podían dejar pasar.
A ellos se les hacia agua la boca
solo de imaginar los mangos verdes,
con sal, pepita y limón…
Al punto que a algunos parecía como
si les estuviera dando un infarto al corazón.
Todos los días esa misma obsesión…
Morder y saborear ese manguito con limón,
el recreo también les ofrecía otra tentación
y era las tostadas con guacamol…
Ante las insurrecciones del presupuesto,
todos los días perdía la alconcilla,
una que otra monedilla que difícilmente
se volvía a reponer.
Pero el gusto que se daban de gustando
su manguito verde la vida no se los
iba a reponer…
Porque la vida no se repite,
aunque juguemos al escondite.
Que gusto le daba a Don Tin el ver
a los patojos saboreando aquel manjar,
que de vez en vez les solía fiar…
Aunque le era difícil recordar quien
era el que le debía.
Aunque él, de vender mangos vivía,
su mayor alegría era ver a los
patojos sonreír…
Pues para él una sonrisa, una carcajada
un gesto, un gracias ¡No tiene precio!
Oxwell L’bu Copyright © 2011
Foto: Paisajes de Guatemala