viernes, 30 de abril de 2010

"Taconcitos" (Leyendas de la Colonia)



“Taconcitos”
(Leyendas de La Colonia)

Cuando se apagan las voces, cuando terminan los compromisos, cuando el mundo duerme y el silencio reina en medio de las tinieblas, los mitos cobran consistencia y las palabras escritas en agua se reflejan en los muros donde el pueblo escribe…

Hay sombras que nadie consigue ahuyentar, hay enigmas que desafían la razón y en medio de esta contradicción se abren paso, persisten en el tiempo y trascienden a los hombres. Nadie llego a conocer su nombre, ni su origen, hasta llego a ser un secreto a voces que muy pocos se atrevían a comentar por el temor a sonar miedosos o infantiles, mas lo cierto es que desde hacia tiempo en diferentes cuadras de La Colonia aquellos pasos se dejaban escuchar, a veces de madrugada e incluso en pleno día. Era como que si una mujer caminaba en tacones por las sala de la casa o por las habitaciones e incluso por las calles pero cuando se quería ver de quien se trataba, salía corriendo y se desvanecía de la misma forma que venía; nunca nadie le vio el rostro, mas se decía que se trataba de una niña que caminaba con los zapatos de tacón que le quedaban grandes y que entraba a las casas buscando a su mama, recorriendo las calles tratando de sortear suerte y hallar a alguien que por largo tiempo no conseguía encontrar .

Se cuenta que en los inicios de La Colonia, cuando aun no estaba totalmente habitada y no se había terminado de construir todas las casas, eran pocos los vecinos y ante el aparente aislamiento en el que Vivian, casi todos se conocían y se ayudaban mutuamente, dado que en esa época a La Colonia no entraban los buses urbanos lo más cerca que llegaban era al mercado de la Florida y desde allí aquellos primeros que la fundaron caminaban hacia sus casas después de una larga jornada de trabajo. Por esos días cada poco se sumaban nuevos vecinos, lo cual despertaba la curiosidad de los que apenas se estaban instalando pues querían conocer quiénes eran, cuántos niños tenían, de donde venían en fin, mas hubo una mujer que se traslado sola con una niña se dice que era de poco hablar al punto que nadie le llego a saber el nombre, nunca se supo si tenía marido o de familia alguna y a la niña no le permitía relacionarse con los otros niños, a pesar de que aun en las cuadras habían casas vacías. Se dice que vivieron en una de las casas que dan justo debajo de la bomba de agua a orillas del barranco que da a la finca Lo de Bran.

Como siempre sucede con personas extrañas, se empezaron a hacer juicios gratuitos sobre esta mujer, algunos decían que era una bruja, otros que era una de esas de familias ricas que tras haber deshonrado a la familia con su conducta son como desterradas de su círculo social. Se dice que era una mujer bella de pelo profundamente negro como de azabache, de mirar altivo, con gestos de dureza y amargura. La niña era el vivo retrato de ella, pero de mirada dulce. Durante el tiempo que vivió en aquella casa se las valió por si sola para enfrentar los retos que enfrentaron los primeros habitantes de La Colonia ante la falta de transporte público, la falta de lugares cercanos para abastecerse de alimentos y las cosas necesarias, el aparente aislamiento de La Colonia que era como una pequeña luz en el horizonte ante el verdor espeso del que estaba radiada debido a los barrancos. Los patojos apenas se daban cuenta de estas penurias, pues como es natural a ellos solo les importaba jugar y para ellos todo aquello era su campo de juego, donde cada día se sumaban nuevos invitados.

Corría el mes de septiembre y la lluvia no cesaba, en las banquetas se formaban charcos de agua en los que los patojos jugaban con barquitos de papel o chapoteando el agua de alegría cuando la lluvia les daba una pequeña tregua para luego volverse más incesante como un temporal, por esos días se cuenta que llegaron los dueños legítimos de aquella propiedad que habitaba aquella mujer con su hija y al verlas le pidieron abandonar la casa, a lo cual la mujer no accedió, por lo que días después fue sacada a la fuerza en una noche lluviosa y obscura, ante el tumulto que se armo se dice que la mujer se fue hacia el barranco sin llevarse nada. Aquella casa no contaba con servicio de energía eléctrica y apenas una vela la alumbraba. Los dueños de la casa a como pudieron fueron bajando algunas cosas del camión de mudanzas, con la esperanza de dormir en su propia casa y terminar la mudanza al día siguiente, cuando estuviera claro y quizás la lluvia les diera una tregua. Aquella familia como pudo se acomodo en la sala y nadie se percato de que la niña dormía en la primera habitación… La niña despertó de madrugada llamando a su madre y al no podarla encontrar corrió por toda la casa, al ver a aquellos extraños, pensó que seguramente en sus sueños se había salido a jugar a otra casa y se había quedado dormida, lo único que le pareció extraño es que no podía encontrar sus zapatos, por lo que tomo unos zapatos de mujer se los puso y salió a buscar a su madre…

Nunca más se volvió a saber de aquella mujer, ni que rumbo tomo, ni él porque se había ido dejando a la niña, tan poco se volvió a saber de la niña, ni que fue de ella, ni si se reunió con su madre, lo único que se sabe es que de vez en vez se escuchan aquellos pequeños pasos de aquella niña de mirada dulce, pelo negro profundo de azabache buscando de casa en casa, de cuadra en cuadra sin poder encontrar…

Oxwell L’bu


martes, 27 de abril de 2010

***Los Patojos de la Colonia***

***Los patojos de la Colonia***

El sol aun no se asoma
al horizonte mas ellos
se levantan temprano
como siempre…

Un volcán como centinela
cuida sus pasos,
las montañas como murallas
rodean su campo de juego.

Uno a uno se van sumando
como uvas en la viña,
con sus pantaloncitos
y sus rostros bañados de alegría…

Unos jugando cincos,
otros lanzando un trompo,
y más allá otros corren tras un balón.

Comiendo siempre de prisa,
con muestras de que bebieron
y que comieron sobre la camisa.

Por esa urgencia de seguir
retozando y jugando,
queriendo que no lleguela noche…

Mas la luna con la cara
tiznada los mira desde
el cielo escondida entre
en las nueves rajadas.

La noche va cayendo
y ellos siguen corriendo,
tras las luciérnagas que
habitan en el barranco
de las guacamayas.

Y desde la aldea de las hadas
el sueno viene a besar su frente,
y así de repente el cansancio les
cierra los ojos y una sonrisa
aletea en sus labios esperando
de nuevo el amanecer.

Oxwell L’bu
Foto por: Erick Guzman

viernes, 23 de abril de 2010

"El Fenomeno de la Migracion en la Colonia"


“El Fenómeno de la Migración en La Colonia”

El fenómeno de de la migración en la Colonia Primero de Julio de Guatemala, ha sido un tema recurrente desde los inicios mismo de La Colonia dado que muchos de aquellos primeros pobladores que fundaron La Colonia procedían de diversas partes del país (Izabal, Quetzaltenango, Huehuetenango, Retalhuleu, Escuintla, Zacapa, Jutiapa etc.) así como de otros países (El Salvador, Honduras, Costa Rica y México).

Más hablar de inmigración, no solo se refiere a cifras y estadísticas frías, para poder comprender este fenómeno social es necesario encarnarlo en aquellos que lo generan y que son al fin de cuentas quienes lo protagonizan los seres humanos. Muchas personas que no han vivido en carne propia este fenómeno, se pregunta: ¿Qué mueve o motiva a esta gente a dejar todo su mundo (familia, amigos, costumbres, tradiciones, casa, pertenencias etc.) y marcharse a un lugar desconocido para empezar de nuevo?, ¿Qué provoca en una persona dejar todo aquello que sabe que antes de partir ya estas añorando? Las respuestas pueden ser múltiples, dependiendo el punto de vista desde donde se examine, las causas atribuibles, las motivaciones externas e internas en fin. Algunos estudiosos del tema nos dicen que el que inmigra, independientemente de la razón o motivación, tarde o temprano experimenta algo similar al drama que vive alguien que ha perdido a un ser querido, esa sensación de “Perdida” aun que pase el tiempo será recurrente en su vivir, pues mas de alguna vez al ver por su ventana cerrara los ojos y soñara despierto con todo aquello que dejo, al punto que quizás sus añoranzas le traigan hasta los aromas y sabores de la tierra que dejo….

En La Colonia a finales de los 70’s y principios de los ochentas se dio este fenómeno inmigratorio de dos países hermanos El Salvador y Nicaragua, en ambos se libraban conflictos internos que provocaron que sus habitantes buscaran refugio en otros países. Y algunos de ellos encontraron en La Colonia un lugar donde vivir en paz y criar a sus hijos, dado que por ese tiempo a pesar de los problemas internos que también enfrentaba el país, la Colonia era uno de esos lugares donde se podía tener todos los servicios necesarios para el desarrollo de una sociedad (Centro de Salud, clínicas medicas, farmacias, Escuelas, Colegios e institutos, mercados comunales, pequeños negocios que ofrecían sus productos y servicios, diferentes congregaciones religiosas, un vasto servicio de transporte público, etc.). Mas este fenómeno inmigratorio se daba en ambos sentidos, hacia adentro y hacia afuera, pues algunos buscaban otros rumbos en otros países como USA y Canadá principalmente.

Las razones por las que muchos se han ido son diversas y no se pueden enfrascar en una sola, dado que este fenómeno se ha desarrollado desde los años 70’s y las condiciones económicas y sociales han ido cambiando y siguen cambiando hasta nuestros días. Por lo que podemos decir que la razón principal no ha sido solo la económico como alguien podría señalar, ya que se ha dado también lo que llámanos “Inmigrantes de Conciencia” que son aquellos que han salido al verse amenazados en la búsqueda de sus ideas, sueños e ideales.

Actualmente La Colonia cuenta con un grupo en Face Book el cual en poco tiempo ha crecido, contando con más de mil integrantes, en el cual un porcentaje considerable ha manifestado que vive fuera de las fronteras del país. No pretendemos aquí el hacer inferencias estadísticas, ya que entendemos que el grupo no es representativo de toda la población por diversas razones (no todos los que vivieron o viven en la Colonia, tiene una computadora o servicio de internet, algunos de la primera generación son reacios a la tecnología, no todos tiene conocimiento de la existencia del grupo o interés en participar, etc.) Pero aun así, si se pueden dar algunas estimaciones que aun que no abarcan toda la población de la Colonia, si nos permiten el tener una idea del fenómeno inmigratorio en la Colonia. Lo que hemos encontrado de los participantes en el grupo en Face Book es lo siguiente:

- 58% de los participantes viven fuera del país

- 16% en diferentes parte del país(Guatemala)

- 26% viven en la Colonia

Del 58% que viven fuera del país, residen principalmente en USA en diversas ciudades y estados (Chicago, Dallas Texas, Palm Bech Florida, Los Angeles, Hollywoood, San Francisco California, Long Island New York, Silver Spring Maryland, Connecticut, Indianapolis, Kentucky), otros más residen en Canadá (Montreal, Ontario, British Columbia) también los hay en otros países latinoamericanos como Honduras, Costa Rica, Puerto Rico, Republica Dominicana, Venezuela. Fuera de los que es el grupo en FB se tiene conocimiento de algunos residiendo en países europeos como Alemania, Suecia, Francia y España.

Del 16% que viven en el país, algunos viven en otras zonas del a capital, en San Lucas, Sacatepéquez, Cobán entre otros.

De ese 26% que manifiestan vivir aun en la colonia algunos lo son de esas primeras generaciones y otros de los nuevos residentes de la Colonia.

No pretendemos aquí que estos números reflejen la realidad actual de la Colonia, pues por lo dicho anteriormente nuestra muestra no es representativa de la población. Pero si nos permite tener por lo menos una idea, dada la ausencia de datos. Por otra parte si consideramos el testimonio de muchos que han regresado a la colonia y que han dicho que de todas las personas que Vivian en su cuadra quedan menos de la mitad, o que cuando abordan el servicio público es raro encontrarse con conocidos.

Somos consientes de los cambios sociales que se han dado en la Colonia y que aun que muchos de los actuales residentes no son de aquellas primeras generaciones, bajo ningún punto de vista se les considera extraños pues el espíritu de los habitantes de la Colonia desde sus inicios ha sido incluyente, participativo y de unión. Siempre se ha tenido esa capacidad de convivir aun con diferentes criterios e ideas, en un ambiente y una realidad cohesiva que nos ha permitido siempre sentirnos parte de “Una gran familia…”



***Esta tristeza Pueblerina***



…La noche extendió su manto, mas al parecer se le olvido revestirse

de estrellas y luna, luna que con su luz aleja a las tinieblas.



Miro atreves de la ventana y veo las calles vacías, mientras el

viento juega con las hojas de los arboles desnudos, que aunque

desnudos no tiemblan de frio… Al ver esto no puedo evitar el

evocar los recuerdos de esas calles que eran mías, mas no en el

sentido de propiedad, sino mas bien porque ellas conocían mis

huellas y yo sus senderos… Calles que recorrí una y otra vez y

sin embargo nunca me las aprendí de memoria, porque cada día

se renovaban y me mostraban algo que ayer no vi o no estaba.



Calles alumbradas por la luna y adornadas de estrellas, calles que al caminar

te dejaban sentir el aroma de las flores… Al ver por mi ventana siento

una “tristeza pueblerina” que me pone a pensar que hago aquí…



Cuando vivía en mi Colonia, no tenía que esperar para ver el horizonte

bañado de sol. Me bastaba ver hacia el cielo para verlo repleto de estrellas

y contemplar como ellas seducían a la luna. El aroma de las flores era

parte del paisaje, los niños retozando, los novios de la mano… Más desde

que vivo aquí he aprendido que todo tiene su tiempo y época más aun que

mi intelecto lo entiende y lo acepta, una parte de mi se resiste y añora

y es cuando me viene esta tristeza pueblerina…



Oxwell L’bu

Fotos por: Sergio Azurdia & Marco Antonio Luna

jueves, 15 de abril de 2010

Instituto Simon Bolivar






“Instituto de Educación Básica Experimental Simón Bolívar”

Colonia Primero de Julio

Corrían los años 70’s con toda la agitación social en el mundo, el movimiento jipi en los Estados Unidos ante la guerra de Vietnam que parecía no tener un fin; en Guatemala el resurgimiento del movimiento guerrillero a nivel urbano y después del gobierno civil del Licenciado Julio Cesar Méndez Montenegro se sucedían uno tras otro los gobiernos militares. A principios de los años 7o’s la Colonia estaba poblada casi en su totalidad, pero aun permanecían sitios baldíos que nadie sabía para que estaban reservados.

Los patojos como siempre hacían su campo de juego de cualquier lugar donde hubiera vegetación y amplitud para correr y saltar, en todos estos lugares se les miraba jugando a acepción de uno, el que estaba localizado en la 8 avenida y 18 calles, bajando rumbo a uno de los lugares particulares de la Colonia, la llamada Isla. El lugar era sumamente grande y en sus alrededores crecía la llamada flor de muerdo que hacía que el lugar a la distancia se mirara como si tuviera una alfombra amarilla y verde. La gente decía que en el pasado este lugar había sido un cementerio y por eso abundaba este tipo de flor, además se contaban tantos mitos y leyendas que los patojos hasta en plena luz del día evitaban el lugar.

A principios de 1972 se empezaron a remover las tierras, mucha gente esperaba que al paso de los tractores fueran apareciendo huesos humanos y cosas así, mas tal cosa hasta donde se sabe no se dio. Poco a poco aquella construcción fue tomando forma antela vista de los patojos y los vecinos, ya para finales del año 1973 las aulas y los salones de usos múltiples estaban terminados, luego se coloco una malla metálica en todo el perímetro de lo que tiempo después llegaría a ser el Instituto experimental de educación básica “Simón Bolívar”.

Para el ciclo escolar de 1974 se inauguro el instituto, siendo su primer director el señor Víctor Castro, quien desempeño el cargo por varios años teniendo tanto el cómo sus docentes en sus manos un gran reto, el de impartir una educación de calidad así como el de orientar a los alumnos a una ocupación, que les permitiera no solo continuar su educación, sino también el proveer económicamente a sí mismos como a sus familias. Aquella primera generación de estudiantes daría al instituto sus singulares características y un legado que con los años han continuado los nuevos estudiantes. Fue en esos primeros años que se fundó la famosa estudiantina del instituto la cual fue invitada en más de una ocasión a festivales estudiantiles, festividades y programas de radio y televisión. Dicha estudiantina con el tiempo dio sus frutos ya que en ella se formaron los que tiempo después serian los directores e integrantes de les estudiantinas universitarias de las diferentes unidades académicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Se recuerdan también las destacadas participaciones del instituto en el programa de televisión “Talentos y Puntos”.

Con el paso de los años al instituto se le han ido haciendo algunas remodelaciones, por ejemplo en sus inicios la fachada del instituto se caracterizaba por el color azul en sus paredes, la malla metálica fue sustituida por un paredón de block que rodea todo el perímetro. Muchos de los maestros con los que inicio el instituto actualmente ya se han retirado, entre quienes se recuerda a la seño Olimpia, Miss Rosy(maestra de ingles) Angélica Meléndez, Lic. Ramiro de León (ex director del plantel que vivía en la colonia, poeta y declamador así como revisor de tesis de graduación en la facultad de Ingeniería de la USAC) y por supuesto a Don Víctor Castro, recordado como El Lobo y a quien en el 2006 se le rindió un merecido homenaje en un acto que se realizo en el salón de usas múltiples del plantel contando con la participación de algunos que aquellos primeros maestros, el Lic. Ramiro de León como maestro de ceremonia y los Tres Huitecos(cómicos y actores guatemaltecos).

Aquellas primeras generaciones de maestros y alumnos han dejado un legado para las nuevas generaciones, que se puede resumir en las frases que ellos mismos acunaron “Para el logro del triunfo siempre asido indispensable pasar por la senda del sacrificio”.



Oxwell L’bu

Fotos por: Angelica castro & Debora Corina Lemus

jueves, 8 de abril de 2010

"Escuela Dario Gonzalez"





“Escuela Oficial Urbana Mixta N. 115 Darío González”

Colonia Primero de Julio

Generaciones de niños han pasado por sus aulas, cada cual con sus sueños y aspiraciones…Quien podrá olvidar ese primer día de clases que marca una nueva etapa de la vida, ese temor ante lo desconocido, esa incertidumbre que se siente cuando vez a tu mama partir y te toca por primera vez enfrentarte solo a un nuevo mundo…Pero siempre hay alguien que es como una bendición, alguien que te abre la puerta y te hace sentir bienvenido, una maestra, un compañero, un amigo que se yo…



Mas para hacer una pequeña reseña de la escuela, necesitamos primeramente remontarnos a los orígenes y en primer lugar a quien debe su nombre. El cual lo debe al doctor José Darío Gonzales Guerra (1835-1911), connotado intelectual de origen salvadoreño radicado en Guatemala donde desarrollo su labor. El doctor Darío González se graduó de médico cirujano de la facultad de medicina de la Universidad de san Carlos de Guatemala, donde años más tarde fue profesor de física médica y de historia natural. En 1896 3 mese después que el científico alemán Wilhelm Rontgen hisiera publico su descubrimient de los Rayos X, el doctor Gonzalez tradujo al frances un articulo sobre el descubrimiento y construyo un aparato que le permitio repetir dicho experiemento con éxito, permitiendole a Guatemala el ser uno de los primeros paises en el mundo en poder aprovechar dicho descubrimiento para usos medicos. Entre sus publicaciones mas conocidas destaca “La flora medica-industrial en Guatemala”. El Doctor Dario Gonzalez fallecio en la ciudad de Guatemla en 1911.

La escuela Dario Gonzales fue construida en un lugar que era conocida como “La Loma” pues era un pequeño cerro ubicado en la 5 avenida entre 12 y 13 calle de la Colonia, en dicha loma jugaron los primeros ninos que llegaron a vivir al lugar, aun que de noche no era frecuentada dado que se comentaban historias de aparecidos y se desia que espantaban, por lo que llegada la noche la gente la evitaba. Mas tiempo despues de la inauracion de la Colonia se empezo a construir la escuela inaurandola para el ciclo lectivo de 1969. Conforme la Colonia poco a poco se hiba avitando y se hiban terminando los demas sectores de viviendas y se entregaban las casas, la poblacion estudiantil fue creciendo. Cabe resaltar que dicha escuela( o el nombre) primeramente se uso en un establecimiento ubicado en ciudad vieja.

Para los años 70’s la escuela ya trabaja a su máxima capacidad en jornada matutina y vespertina, tanto con alumnos que vivían en la Colonia, como en colonias aledañas como la Florida, la Santa Marta y otras. Su uniforme siempre fue singular y distintivo, pantalón o falda azul marino, camisa o blusa blanca y un suéter rojo con dos franjas verticales azul y blanco. En sus aulas se inculcaba el civismo, la importancia de la educación, así como el respeto a los demás, se valoraba la creatividad. Por aquel tiempo existía en Guatemala un programa de televisión dirigido a los estudiantes de educación primaria del país “Mentes Sanas, así se contesta” que era conducido por el profesor Rubén Alfonso Ramírez, que era transmitido por el canal 11 semanalmente. A finales de los 70’s en dicho programa se desarrollo una competencia entre todos los establecimientos del país, en la cual participaban los mejores alumnos de cada establecimiento y se les evaluaba en todas las materias, las preguntas las realizaba el profesor Ramírez y conforme se contestaban se iban ganando puntos, en la final de dicha competencia, después de haber participado en varias oportunidades, la escuela Darío González dijo presente, con un grupo de sus mejores estudiantes, éntrelos que se recuerdan a Walter Isaías Girón Z.(QED) , Miguel Oswaldo De León R. , Martha Eugenia Dabba L., María Elena Fernández, Claudia Sosa L. y Mario Rivera , quienes se impusieron en dicha final dejando el nombre de la escuela en alto.

Y por supuesto sin grandes maestras es difícil que haya buenos alumnos, entre las que se recuerdan con mucho cariño están: la seño Yoli, Zoila Meléndez, Rebeca de flores, Rosa Ortiz de Morales a quien cariñosamente se le llamaba “Mama Rosa” y que fungió como directora del año 1993 al 2003. De sus aulas han surgido mujeres y hombres que con sus capacidades y talentos han aportado a nuestra sociedad, en todos los campos del que hacer pues muchos de ellos años más tarde se hicieron profesionales en las distintas ramas, otros son artistas, empresarios etc. Sabiendo que quizás dejaremos a más de alguno sin nombrar, podemos citar a mujeres y hombres que han destacado entre quienes cabe mencionar a Patzy Vásquez presentadora de noticias de la cadena Univisión y de CNN en español, Claudia sosa L. declamadora que llego a ser conductora del programa Mentes sanas, Edna Erazo conductora y fundadora del programa radial Un Nuevo día en los Ángeles California, Martha E. Dabba vocera de la bolsa de valores de Guatemala, Mario U rizar profesor quien actualmente realiza estudios de doctorado en filosofía en Alemania.

La escuela Darío González ha sido uno de los bastiones de la educación en la colonia y por donde han desfilado y seguirán desfilando generaciones de niños que se abren a la vida y donde gracias a la dedicación, esfuerzo, creatividad y vocación de sus maestras y maestros seguirá dando frutos que enriquezcan a este gran país Guatemala, cuna de una de las civilizaciones más grande y destacadas de la historia universal los Mayas.

Oxwell L’bu



Fotos por: Thelma Ileana Quiquivix, Gener Lobos & Erick Guzman

sábado, 3 de abril de 2010

"Domingo de Resurreccion en la Colonia"




“Domingo de Resurrección en la Colonia”

Aun se siente en el ambiente , el olor a pólvora y resuenan en los valles que forma el barranco de las Guacamayas las palabras y las carcajadas de los patojos al escuchar el mentado “Testamento de Judas” que entre chistes y bromas pone de manifiesto las antipatías, alegrías y hechos insólitos de los vecinos de la cuadra…Algunos apenas retornan del puerto con la espalda quemada que no aguantan que se la toquen…Otros por el contrario han pasado por días preparando los materiales para plasmar su arte en las alfombras de aserrín y flores. Han tenido con diligencia el aserrín cuyos colores aun permanecen en sus manos…Han ido a los diferentes mercados de la ciudad en busca de las más hermosos flores, el corozo y el pino; han confeccionado con absoluta precisión y arte los moldes, han medido, han calculado…

Para eso de las seis de la tarde es como que si la Colonia, fuera una quinceañera que se engalana… Se limpian todas las calles, se encalan las aceras, se hacen los primeros trazos, se ponen moñas color amarillo y blanco en los balcones de las casas, algunos hacen pequeños altares con flores en honor al Resucitado. Y a la Madre. Los últimos detalles del anda que llevaran en procesión a Jesús Resucitado patrón de la Colonia y a la Madre, se realizan, la iglesia es limpiada con diligencia, el altar se llena de flores, las calles principales se cierran, se hacen los primeros trazos de las alfombras, en alguna de las casas de la cuadra los vecinos se reúnen para discutir los últimos detalles de la confección de la alfombra.

Un viento tibio abriga a la Colonia, la noche va cayendo y despliega su manto de estrellas, la luna es como una novia vestida de blanco… Los patojos corriendo, las mamas apurándolos, las campanas de la iglesia repican una y otra vez anunciando la misa de Resurrección. Con garrafones de agua que a las doce se transforma en bendita, los patojos van a misa, impacientes por escuchar la noticia de que el Cristo ha resucitado y doblen las campanas, y se escuchen los cuartetillos y bombas que retumben hasta el corazón…

Aquella noche es de fiesta, la música se deja escuchar por todas las calles de la colonia, es una fiesta donde todos han sido invitados. Durante el resto de la noche cientos de manos se unen con un mismo objetivo el de dar honra al Resucitado a través de su arte, arte que dura solo un momento pero que es realizado con Amor y devoción a su patrono.

La imagen de Jesús Resucitado de la iglesia de la Colonia Primero de Julio fue esculpida en los talleres de Julio Dubios por el escultor guatemalteco Don Carlos Enrique Barrillas a solicitud del párroco de ese entonces, el padre Antonio Trabadelo.



Al llegar la alborada las campanas de la iglesia repican nuevamente, el Resucitado está a punto de salir en procesión por las calles de la Colonia. Aun esta obscuro pero las calles están iluminadas no solo por los bombillos, sino también por esa alegría y emoción que florecen cuando está de fiesta el corazón. Los patojos saltan de alegría, las mamas los llaman a la cordura y les piden que se persignen…Del hermoso templo sale en majestuosa procesión llevado en hombros la imagen del patrono de la Colonia, entre cantos de alegría que se acompañan con la música de una banda que va tras el cortejo procesional, los vecinos de la Colonia uno a uno se van sumando a su paso por las calles, las alfombras lucen esplendorosas, algunos aun cansando, por el desvelo y días de trabajo se olvidan de momento de todo eso, se sacuden el cansancio y se unen a la algarabía , hasta las ceibas están de fiesta lucen mas verdes que nunca. A su paso se escuchan los cuetillos, se contagia la alegría… Momentos después sale en procesión la imagen de la Madre del Resucitado, la cual va a su encuentro como flor que espera la primavera, como alma que persevera en la gracia de Dios…Al pasar por el mercado comunal, algunas de las vendedoras dejan sus puestos para ir a saludar al Resucitado y a la Madre para pedirle su bendición, con respeto y devoción; uno a uno los turnos para llevarlos en hombros se van cambiando, en un relevo donde las sonrisas son evidentes, mujeres y hombres, jóvenes y ancianos todos participan por igual.

Al llegar el medio día El resucitado se encuentra con la Madre, que alegre y gozosa ve los frutos de la fe…Es un reencuentro con la alegría del que vuelve y la que espera .Han recorrido las principales calles de la Colonia, encontrando a su paso corazones alegres, alfombras de aserrín y de flores, altares de fe, patojos saltando de alegría y un pueblo que alzando a los niños mas pequeños ruega por la paz.

Oxwell L’bu

Fotos cortesía de : Ana Lucia Quiñones & Joselin de Samayoa